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La huelga de médicos contra el Estatuto estatal obliga a posponer consultas y cirugías
El paro fue secundado por 2.753 médicos en la comunidad, 732 de ellos en Valladolid, y desde CESM insisten en que la regulación que impulsa el Ministerio «es un absoluto despropósito»
Mediodía de batas blancas en la rampa de entrada al Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en una mañana con los médicos convocados a un viernes ... de huelga para mostrar la oposición al Estatuto Marco que regula las condiciones y catalogación laboral del personal sanitario que está impulsando el ministerio. «Es una absoluto despropósito y una falta de respeto a los profesionales», resume José María Soto, secretario en Castilla y León de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), entidad convocante de una protesta que se ha reducido la actividad programada en quirófanos, consultas y pruebas diagnósticas.
Ha sido una movilización contra una medida del Gobierno central a la que la Consejería de Sanidad, como gestora del servicio público sanitario, ha puesto cifras al seguimiento del paro. 2.753 médicos colgaron este viernes la bata en Castilla y León en el turno de mañana, de los que 732 prestan servicio en Valladolid. Algo más del 36% a nivel autonómico y casi el 39% entre los doctores de centros vallisoletanos. Son porcentajes que dejan fuera al personal de servicios mínimos, a los salientes de guardia, a los que están de baja y de vacaciones, que no podían secundar el paro. Tampoco entran en esa contabilidad los del turno que cerraba la jornada de huelga.
La cifra supera el seguimiento del paro de junio, cuando se contabilizaron 2.533 facultativos que hicieron huelga de los 7.919 efectivos disponibles. Los 2.753 de este viernes suponen un apoyo añadido a la protesta, puesto que los efectivos disponibles han bajado, en algunos caso por el ajuste de los servicios mínimos, a 7.594. Son más huelguistas sobre una bolsa menor de doctores en turno de trabajo.
«El seguimiento es amplio, calculamos que supera el 90% entre el personal que puede hacer huelga [los servicios mínimos han sido amplios al tratarse de un área de atención esencial para el ciudadano, similares a un festivo ampliado] y hemos podido comprobar que salvo las cirugías oncológicas y las urgentes, el resto está suspendido», valoraba este José María Soto a las puertas del centro hospitalario ubicado en el casco histórico de Valladolid. Ese descenso de la actividad se ha dejado notar en los pasillos de consultas sin profesional médico y también en los servicios de citaciones, para intentar tramitar una nueva fecha con sus doctores, y de atención al paciente con reclamaciones.
«No reclamamos privilegios corporativos, sino respeto y consideración hacia nuestra labor», defienden los convocantes
La afectación de esa actividad, no obstante, era palpable en hospitales y centros de especialidades. «Podían haber avisado, el trastorno que hacen es muy grande», expresaba uno de los pacientes afectados.
La concentración de médicos en la entrada principal del Clínico ha tenido un seguimiento numeroso. Bastante más que la que se llevó a cabo antes del verano en una jornada similar. Y la situación del pulso que mantienen los profesionales con el equipo de la ministra Mónica García (Sumar) augura un endurecimiento de las medidas de protesta. «Es un absoluto despropósito, que no tiene criterios ni económicos, ni jurídicos, ni técnicos, que está siendo criticado por todas las organizaciones y que desde luego perjudica y discrimina al médico. A eso se añade que a lo largo de seis meses de negociación habíamos conseguido pequeños avances y esos avances se han ido al traste la semana pasada, porque el último borrador que nos presentan no los incluyen», subraya Soto. El malestar por la regulación no es exclusivo de los médicos y abarca también a otros profesionales sanitarios.
Ese terreno acordado que CESM denuncia que acaba de volar por los aires acotaba cuestiones como la consideración de los descansos como tiempo de jornada, que la hora de guardia como mínimo debía estar considerada al precio de la hora ordinaria o mejoras en el pago de complementos en situaciones de bajas laborales y de conciliación familiar, en el pago de las extras y en asuntos relacionados con permisos y salud laboral. Todo eso, denuncian los médicos, ha sido borrado de un plumazo en un texto en el que la reivindicación principal de los facultativos es volver a contar con un Estatuto Marco propio, separado del resto de profesionales sanitarios, además del reconocimiento como grupo A1+, por el 'plus' de formación que supone un grado universitario que suma 6 años, no 4 como el resto, a los que se añaden el acceso al MIR y los años de formación especializada, además del hecho del peso que asume el médico en las decisiones que se toman en la asistencia sanitaria.
Lo más llamativo del Estatuto Marco que plantea el Gobierno ha sido estos meses de atrás el endurecimiento de la obligatoriedad de exclusividad de trabajar en la sanidad pública para profesionales que sean desde jefes de unidad y de servicio en adelante, pero los puntos de fricción son bastantes más amplios. El último borrador presentado por el Ministerio de Sanidad es «inasumible» para los facultativos. Desde el CESM remarcan que en escasez de recursos no hay límites de jornada ni descanso, que el derecho al descanso semanal de 36 horas se reduce a 24 y se elimina el grado 5 en la carrera profesional. Este reconocimiento de la experiencia y la formación implica una mejora retributiva. A lo anterior suman que las convocatorias de plazas se programan cada 3 años y no cada dos, «con posibilidad de movilidad forzosa sin preaviso suficiente».
En Atención Primaria
«No reclamamos privilegios corporativos, sino respeto y consideración hacia nuestra labor, nuestra cualificación profesional y hacia la enorme responsabilidad que asumimos cada día en hospitales, centros de salud y servicios urgencia», concluyen desde la organización sindical que ha convocado la huelga. Una protesta con seguimiento al alza y que tendrá continuidad, avanza Soto.
La concentración del Clínico no ha sido la única que ha visibilizado la protesta de los médicos. También han salido facultativos a las puertas de otros centros sanitarios. Es el caso de los centros de salud de Gamazo y Casa del Barco, que están agrupados junto al Campo Grande vallisoletano, donde un grupo de profesionales de Medicina Familiar y Comunitaria han salido a la puerta durante cinco minutos. Estaban de servicios mínimos porque había bastantes compañeros de vacaciones, pero han querido hacer visible su apoyo a las reivindicaciones.
Desde el Ministerio de Sanidad trasladaron durante la mañana que «entienden» el malestar de los médicos, que atribuyen a «años de sobrecarga», pero precisaron que mantendrán el nuevo Estatuto Marco. El departamento de Mónica García dice que negociará con las comunidades autónomas, que son las que gestionan los servicios públicos de salud, la 'empresa' sobre el terreno de los profesionales sanitarios, para que la norma salga «con el máximo consenso posible»
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