La nueva fiebre del oro
Los locales que compran el preciado metal se han convertido en el negocio estrella de la crisis
PPLL
Domingo, 14 de noviembre 2010, 04:07
Son muchos los comerciantes que día a día luchan por seguir sacando adelante su negocio, golpeado sin piedad por la fuerte crisis económica que parece no tener fin desde hace meses. Contener todo tipo de gastos, mirar las cuentas hasta el último céntimo y 'tirar' hacia delante gracias a sus reservas es algo muy cotidiano para muchos segovianos. Una resistencia que acabó hace meses para otros tantos que se vieron abocados al cierre de sus establecimientos, lo que les ha obligado a vender o alquilar el local después de mantenerlo durante años a flote. Sin embargo, en medio de todo este panorama económico ha surgido un nuevo tipo de establecimiento, el denominado 'negocio de la crisis', que está sustituyendo a las inmobiliarias y promotoras que aparecieron con el 'boom' de la construcción. Son las conocidas como tiendas de 'compro oro'. Unos establecimientos que empezaron pisando fuerte en el 2009 cuando el precio de la onza de oro -equivalente a unos 31 gramos- estaba a 738 euros hace doce meses frente a los 1012 euros en los que cotizó el viernes, casi un 38% más caro. Un precio que está alcanzando máximos históricos.
No es de extrañar que estos negocios vayan viento en popa en Segovia, según demuestran los datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno. En la actualidad, existen siete establecimientos de estas características autorizados en la provincia, seis en la capital y uno en San Rafael. La primera autorización se concedió en el año 2006 y no fue hasta el año 2009 cuando se abrió la segunda tienda. Sin embargo, ha sido a lo largo de este 2010 cuando estos locales se han multiplicado por las principales calles de Segovia ya que tan sólo en este 2010 se han autorizado otros cincos establecimientos. Uno de los últimos en abrir ha sido Oro Cash, situado en José Zorrilla, 34. «Me enteré por unos compañeros que conocían el negocio y decidí dar el salto. Es una inversión como otra cualquiera. Llevamos dos meses abiertos y de momento va bien, es un negocio de clientes», asegura Alberto García, propietario de la tienda.
Cerca del 90% de los que acuden a estos centros lo hacen por necesidades económicas, un mínimo porcentaje lo hace porque compró oro como inversión hace unos años y ahora decide desprenderse de este metal precioso para, por ejemplo, darse algún capricho. Lo que sí tienen todos los que acuden a estos establecimientos es un denominador común: no quieren dar su nombre ni ser retratados para mantener su anonimato porque, muchos consideran que estos negocios no están muy bien vistos.
Cliente variopinto
Eltipo de clientes que se acerca a estos locales es muy «variopinto», siendo la mayoría conscientes de que el dinero que van a recibir no les solucionará la vida pero les hace pasar el bache para poder llegar a fin de mes y pagar la letra de la hipoteca o afrontar el pago de diferentes recibos. Unas tiendas donde el cliente se convierte en vendedor y donde la persona obtiene lo que busca en tiempos de apuros económicos: dinero al instante, rápido, sin trámites y en efectivo.
Por eso, los ciudadanos llevan todo tipo de joyas, desde collares pasando por pulseras, broches, esclavas, medallas o pendientes. La mayoría de los que venden sus joyas en estos momentos lo hacen por necesidad. De esta manera en las tiendas se pueden escuchar historias muy variadas, convirtiéndose los vendedores en psicólogos. «Mamá, ¿por qué vendemos esto? Porque te ha crecido el pie y necesitamos comprarte zapatos» relata el propietario de Oro Cash, Alberto García.
También están los clientes que se acaban de quitar el antiguo puente de oro y acuden a estos establecimientos para financiar parte de la operación o los que quieren poner fin a un recuerdo del pasado como por ejemplo, «la mujer que se acaba de divorciar e iba a tirar la alianza y la amiga le aconseja que la venda y se compre unas botas».
Otros colectivos que acuden a estos establecimientos son personas de nacionalidad extranjera, autónomos que no encuentran trabajo o padres cuyos hijos se han quedado en paro y deciden vender joyas «para ayudarles», tal y como asegura, Milagros del Real, vendedora de la tienda Oro 18 Kilates, del Centro Comercial Almuzara.
Estos establecimientos también reciben personas que no tienen problemas económicos pero que tienen joyas en casa estropeadas, rotas o que no saben qué hacer con ellas y las deciden vender en este momento en el que oro se cotiza a precios muy elevados.
Proceso
El proceso comienza cuando el vendedor comprueba si es 'oro todo lo que reluce'. El responsable del establecimiento lo hace frotando una a una las piezas sobre lo que se llama una piedra de toque. La joya deja una marca que sólo si es auténtica se mantiene cuando se le aplica un ácido específico para comprobar los quilates de esa pieza. Después se pesa para comprobar el 'quilataje', Una vez realizados estos pasos básicos se inicia la negociación de lo que vale la pieza en función de la calidad del oro y de cómo esté cotizando el oro en bolsa. El precio del gramo de 18 quilates suele rondar los «quince o dieciséis euros», tal y como aseguran Milagros del Real, de la tienda Oro 18 Kilates, así como Luis Carmona, del establecimiento Jukal, S.L, situado en la calle Muerte y Vida. El oro de 24 quilates, el de inversión, se paga a 32 euros el gramo. Un momento en el que también hay parte de regateo entre cliente y vendedor y donde muchos «exageran la historia para obtener más dinero», asegura Alberto García.
Ante esta nueva fiebre del oro, las Asociaciones de Consumidores advierten que la tasación que realizan estas tiendas no es «justa» porque ofrecen entre un 60 y un 75% del valor de la joya. Estos colectivos también denuncian que en muchos casos las joyas empeñadas no pueden ser recuperadas por las personas que las han vendido ya que en menos de un mes suelen estar fundidas. Aunque no siempre ocurre así ya que hay muchos establecimientos que sí permiten empeñarlas porque « se puede hacer un contrato en el que te doy un depósito y pagas intereses mensuales», afirma el propietario de Oro Cash, Alberto García.
En este caso, las personas también recurren a excusas para pagar los pagos porque «se han llegado a inventar enfermedades para demorarse en el tiempo», asegura Milagros del Real, de Oro 18 Kilates.
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