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Una selección de las piezas de 'Coucou Bazar', de Jean Dubuffet, instaladas bajo la cúpula de Las Francesas. :: HENAR SASTRE
EXPOSICIONES

Fantasmagórico universo paralelo

Esculturas, pinturas y dibujos de 1962 a 1974 recrean 'L´Hourloupe', de Jean Dubuffet

MARÍA AURORA VILORIA

Sábado, 26 de junio 2010, 02:33

'Una incursión en lo fantasmagórico', título de la exposición, prepara al espectador para penetrar en el universo paralelo de 'LHourloupe', el ciclo con el que Jean Dubuffet cuestiona la percepción de las realidades de un mundo que sustituye por otro virtual en el que invita a descubrir los propios fantasmas a través de la imaginación, un camino con el que se domina la creación. Ahora, las esculturas, pinturas y dibujos de esa serie, la más larga del artista, que la inició en 1962, cuando tenía 61 años, y la prolongó hasta 1974, se pueden contemplar en las salas municipales del Museo de la Pasión y la Iglesia de las Francesas. La muestra ha sido organizada por la Fundación Dubuffet de París, quien ha prestado numerosas obras de su colección, de las que algunas se exhiben en Valladolid por primera vez en España. La comisaria es Sophie Webel, directora de la Fundación, quien, según explicó en la presentación, la ha instalado de acuerdo con los espacios que iban a acogerla. Así, ha jugado también con la arquitectura que dialoga en la sacristía de lo que fue un templo penitencial con un 'Árbol místico' de 1971 construido con rotuladores negros sobre papel, luego recortado y pegado hasta dar volumen a las ramas de la sugerente pieza.

Enlaza perfectamente con 'El bosquecillo' de resina pintada que acoge la planta baja del Museo de la Pasión, donde se han instalado las pinturas, maquetas de arquitectura y esculturas monumentales de Dubuffet, quien fue además dibujante, grabador, músico y escritor. Por el contrario, el primer piso está dedicado a obras sobre papel que se han distribuido cronológicamente para dar una idea de la evolución de 'LHourloupe' desde la ruptura con los periodos precedentes -'Materiologías' y 'Texturologías'- hasta los dibujos que marcan en 1974 el final de un ciclo importante, según la comisaria. Son los últimos y enlazan 12 años después con el principio de esta etapa que comenzó en julio de 1962 con trazos a bolígrafo mecánicamente ejecutados por el artista mientras hablaba por teléfono. El fondo es negro, como muestra de su carácter conceptual, y los colores se han reducido a rojo, azul y blanco, lo que obliga al artista a forzar su imaginación. De esta forma se une a los autores del arte bruto mientras plantea un juego del lenguaje para duplicar el poder evocador de sus piezas, como 'Torre bailarina', al tiempo que establece un diálogo con los paisajes urbanos que sirven de fondo. En este tiempo, su fama ha crecido y su trabajo se ha multiplicado hasta el punto de necesitar abrir talleres a la americana en los que los ayudantes trabajan a sus órdenes con nuevos materiales, como el polistireno.

Los carteles que Dubuffet hizo para anunciar las exposiciones que jalonaron este periodo ocupan una pared de la primera planta del museo junto a la maqueta de un libro y los dibujos con títulos tan sugerentes como 'Manchas soñadas', 'Salida de la fábrica' o 'El tarro de mermelada' o. Pasan del rotulador a la litografía en cinco colores como símbolo de una evolución que culmina con proyectos de arquitectura, como la 'Closerie Falbala' y, sobre todo, 'Coucou Bazar', un espectáculo que comenzó a montar en los setenta para «dar vida» al universo de 'LHourloupe'. Para ello, el artista creo en sus talleres un centenar de láminas recortadas -los practicables- que servían de decoración en movimiento cuando los personajes sujetos a ellas se desplazaban. Un conjunto de diez de estos elementos se han puesto en escena en el centro del ábside de la Iglesia de las Francesas. Son nueve figuras y un traje de 1971 y 1973, entre las que hay desde un meteoro a un león. En esa sala se pueden contemplar documentos relacionados con el espectáculo puesto en escena en Nueva York y París en 1973 y en Turín en 1978, cuyas representaciones se proyectan desde un vídeo en el coro.

A la presentación asistieron el alcalde, Javier León de la Riva, y el presidente de la Fundación Dubuffet de París, constituida en 1974, once años antes de su muerte, por el artista, quien la dotó de todos sus archivos personales y de miles de obras representativas de su carrera pictórica. Nacido en Le Havre en 1901, dudó durante un tiempo entre el negocio familiar de vinos y la pintura, a la que se consagró definitivamente en 1942. Cuando, veinte años después, inició 'LHourloupe', el ciclo que dio un giro radical a su obra, el Museo de Artes Decorativas de la capital francesa y el de Arte Moderno de Nueva York acababan de dedicarle exposiciones retrospectivas y había comenzado a documentar fotográficamente todos sus trabajo para hacer un catálogo razonado. Es decir, está haciendo un balance del pasado mientras siente el deseo de «volver fantasmagórico el paraje evocado por el cuadro y esto no puede conseguirse más que mezclando los elementos más o menos veristas en las intervenciones de carácter arbitrario y aspirando a lo irreal», escribió. El resultado son estas obras sorprendentes.

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