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La casa del acusado, en La Victoria, donde fue detenido. :: J. S.
ATAQUE A MENORES EN VILLALBA DE LOS ALCORES

Detenido por simular que era policía e incitar a 6 menores a practicar sexo

El acusado, de 45 años, mostró vídeos porno a los niños durante las fiestas de Villalba

J. SANZ

Sábado, 12 de junio 2010, 11:22

Un hombre de 45 años, con antecedentes policiales por robo, fue detenido el jueves por la tarde en su domicilio de la calle Parva de la Ría, en La Victoria, acusado de hacerse pasar por policía municipal para impresionar a un grupo de menores, de entre 12 y 14 años, e incitarles a practicar sexo mostrándoles vídeos porno. Los hechos ocurrieron durante los fines de semana de los días 21 y 22 de mayo y 4 y 5 de junio en la localidad de Villalba de los Alcores. Los niños, al final, informaron a sus padres sobre los hechos y los agentes lograron apresar al sospechoso sin que las víctimas sufrieran abusos.

El acusado, José María O. A., acudió presuntamente por primera vez al municipio quince días antes de las fiestas patronales del municipio de 508 habitantes -celebradas el pasado fin de semana- y situado a 27 kilómetros de la capital por la carretera de Fuensaldaña y Mucientes. Allí entabló cierta 'amistad' con el grupo de niños y niñas. Para ello empleó una antigua placa policial de los años cincuenta y sesenta, perteneciente a su abuelo, con la que engatusó a los menores en compañía de un joven de unos 28 años, que no está detenido pero sí identificado -los agentes creen que le obligó a acompañarle bajo coacciones-. «Les dijeron que eran agentes y que sí iban a hacer botellón algún día y les pillaban los policías, que les llamaran porque no tendrían ningún problema», según relataron ayer fuentes de la investigación.

Intercambio de teléfonos

Los jóvenes les creyeron y no sólo hablaron con ellos aquel primer día sino que, incluso, tres de ellos les facilitaron sus números de móvil. De ahí que el después detenido mantuvieron distintas conversaciones con ellos y regresara a la localidad al día siguiente a bordo de su motocicleta, el único vehículo que posee a su nombre y que emplea en un trabajo esporádico como repartidor para una clínica dental.

«Siempre venía en moto, la escondía en las eras fuera del pueblo y quedaba con los chicos en la zona de las cruces», según relató ayer el padre de una de las menores del grupo de las víctimas. La segunda cita, al parecer, subió de tono. «Les impresionaba mostrando la placa y contando supuestas anécdotas sobre las intervenciones que había realizado como agentes», prosiguieron las fuentes consultadas. Así, una vez ganada su confianza, les invitaban a alejarse del casco urbano para mostrarlos allí los vídeos porno que tenía en su teléfono móvil.

Era entonces cuando aprovechaba para «incitarles a mantener relaciones sexuales con él similares a las imágenes que les estaba enseñando», concluyen fuentes de la Benemérita. José María O. M. salió impune de sus primeras visitas a Villalba de los Alcores y siguió manteniendo el contacto telefónico con los menores. «Parece ser que hablaron varios días más y, al final, volvieron a quedar en verse la noche de la fiesta de la Virgen de Fuentes -en la madrugada del 4 al 5 de junio-», lamenta la madre de otra de las chicas testigo de los hechos.

«A dar una vuelta en moto»

Los progenitores del grupo de menores, formado por tres chicos y tres chicas, comenzaron entonces a alarmarse. «Uno de los niños le contó a su padre que habían quedado con un policía, con el que habían compartido bebidas y que, incluso, les estaba llevando a dar una vuelta con su moto», explica otro testigo.

Aquel toque de atención llevó al familiar a asustarse y a pedir la colaboración de un agente, esta vez real. Cuando descubrieron el engaño, alertaron de inmediato a la Guardia Civil e, incluso, algunos padres intentaron localizarle para intentar aclarar lo que ocurría. Máxime después de enterarse de que los supuestos policías habían estado, incluso, en la bodega que la pandilla de menores utiliza como peña.

Los efectivos de la Benemérita lograron encontrar a José María en un bar del municipio a la 1.30 horas de aquel mismo sábado y se limitaron a identificarle, ya que en ese instante no llevaba encima la placa o el teléfono móvil. Después fueron recopilando los testimonios de los menores implicados y, una vez obtenidas las pruebas suficiente, decidieron acudir a su domicilio, una casa molinera medio en ruinas situada en el número 27 de Parva de la Ría -una calle paralela al canal y a la carretera de Fuensaldaña-, para detenerle el jueves pasado.

El sospechoso sí llevaba encima esta vez tanto la placa como el teléfono móvil, que contenía numeroso material pornográfico que está siendo analizado por los especialistas de la Benemérita. José María O. A. justificó después, ya en las dependencias de la Comandancia, que la placa policial pertenecía a su abuelo, ya fallecido, y que «simplemente la llevaba casi siempre encima por motivos sentimentales».

En libertad con cargos

El sospechoso pasó ayer a disposición del Juzgado de Instrucción número 5, en funciones de guardia, y su titular acordó dejarle en libertad con cargos. La jueza vio indicios de la comisión de sendos delitos de usurpación de funciones de un agentes de la autoridad y de provocación sexual a menores. Fuentes del caso señalaron que el hecho de que, por fortuna, no llegara a tocar a ninguna de las seis víctimas jugó a su favor a la hora de evitar su ingreso en la prisión provincial.

Las fuentes de la Guardia Civil consultadas insistieron en que el autor del aparente intento de agresión sexual «nunca llegó a consumar relaciones con ninguno de los seis menores» a pesar del alto contenido pornográfico de los vídeos que les mostraba siempre cuando les convencía para que le acompañaran a las afueras del casco urbano de Villalba de los Alcores.

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