Un poquito de coherencia
«En España falta una derecha más progresista y una izquierda más realista», aseguraba el abogado Antonio Garrigues Walker regala recetas y consejos para salir de la crisis de entonces... y de la de ahora
JAVIER AGUIAR
Sábado, 1 de mayo 2010, 03:01
Entre tanto listo que intenta arrimar el ascua de la crisis a su sardina -los que quieren despedir gratis a toda la plantilla y una buena subvención para contratar otra más asequible, por poner un ejemplo- siempre hay alguna persona cabal que mira la situación con una cierta distancia, un cierto conocimiento, un mínimo desinterés y un imprescindible sentido común.
La crisis económica de 1980 les parecía a los españoles de entonces la más dura de la historia, igual que la de ahora nos lo parece a nosotros. Todavía los fenómenos de masas no funcionaban con la precisión de hoy, así que no se había desplegado la legión de expertos, expertillos o aprovechadetes que en estos tiempos venden miles de libros con recetas más que dudosas, salvo para sus propias economías.
En estas estamos cuando llega Antonio Garrigues Walker, un señor muy serio con cara de alemán que todavía no había saltado al charco de la política, y suelta media docena de evidencias -igual de válidas treinta años después- en las que, al parecer, nadie había reparado. Todos tan preocupados en pescar en río revuelto. Vamos, igual que ahora.
Para abrir boca, una ligera incursión política: «En España falta una derecha más progresista y una izquierda más realista». Qué cierto. Bueno también un poco menos de corrupción no vendría mal. Y ya en harina económica dijo que «los empresarios deben aceptar el riesgo y ser conscientes de su responsabilidad colectiva», además de «estar preparados para lo imprevisible, para el cambio» y «aceptar el principio de educación permanente».
Para acabar con el paro recomendó huir de las «fórmulas convencionales (...) investigar constantemente el problema (...) y buscar ideas especiales e imaginativas», entre las que planteó el reparto de trabajo o los años sabáticos. También dejó clara la respuesta a una recurrente cuestión: «Implantar la libertad de despido no va a solucionar el problema». Se siente.
Núcleos fascistas contra ecologistas abertzales
Aquel mismo día un inquietante titular daba cuenta de la variada avifauna radical que poblaba la piel de toro. 'Núcleos armados fascistas retan a los ecologistas abertzales a un enfrentamiento en una campa', decía. Un poco de miedo sí que daba y a más de uno, a buen seguro, le trajo a la cabeza aquel rechazable pensamiento de 'así se maten entre ellos'. En todo caso, ojalá todas las batallas extremistas se hubieran librado al modo medieval y en una apartada y desértica campa.