Sesenta locales hosteleros de Cuéllar reclaman ayudas y empatía: «Nos sentimos a la deriva»

Los hosteleros apuntaron cómo el problema no se encuentra en sus establecimientos, donde se han registrado índices mínimos de contagios, y recordaron las aglomeraciones que se producen a diario en lugares como el transporte público o los supermercados. «Nos echan a nosotros la culpa cuando hemos hecho todo bien», señalaba uno de los afectados, que destacaba que se está estigmatizando al sector «y es vergonzoso», apuntando que las medidas como cerrar a las 10:00 horas son absurdas.

En el encuentro se puso de manifiesto como en la villa todos los hosteleros han cumplido las medidas y cómo en la hostelería se tenía todo controlado, mientras que con el cierre ahora las reuniones se trasladarán «a bodegas y merenderos, donde se reunirán en lugar de seis, veinte». También muchos de ellos apuntaron cómo en las últimas semanas habían realizado distintas inversiones en sus establecimientos, especialmente adaptando sus terrazas con toldos y estufas para poder ofrecer el servicio con todas las comodidades a sus clientes, por lo que se preguntaban cómo se podrá pagar ahora ese gasto y cómo subsistirán sus familias «con cero ingresos», recordando también que este mes se ha realizado una subida en la cuota de autónomos.

Uno de ellos es José Quintanilla, quien ha invertido unos 6.000 euros en su terraza «para seguir funcionando en invierno». El hostelero aseguró sentirse «mal, deprimido, se te quitan las ganas de seguir haciendo nada», apuntando que ahora además tienen que cerrar pero continúan los gastos, como el alquiler o la cuota de autónomos «y todo lo que viene y tienes que correr con esos gastos». Una de las responsables del sector hostelero del CIT, Lourdes Molter, destacó que lo único que piden es trabajar porque «la hostelería, por mucho que nos critiquen, no hemos tenido una tasa de contagios alta», y especificó que en el caso de Cuéllar todos se han comportado y han trabajado con todas las medidas, apuntando también que éstas han ido cambiando en cuanto a aforos, cierre de barras… lo que se ha cumplido. Molter dijo que su intención es que la población les entienda, que únicamente quieren trabajar, por lo que piden empatía, además de ayuda al alcalde, «que nos defienda en la Junta. Que se sientan como nos estamos sintiendo nosotros, a la deriva. Estamos con un nivel de incertidumbre alto porque nuestras familias tienen que comer»

En la reunión también se puso de manifiesto que los ERTE y otras ayudas no están llegando, por lo que en algunos casos se está optando por el despido a los empleados. «Es una situación muy crítica», apuntó Molter, siendo consciente de que son muchos los que lo están pasando mal, pero haciendo hincapié en que muchos sectores están pudiendo trabajar «aunque sea a un porcentaje bajo, porque la pandemia nos afecta a todos, pero la hostelería ahora mismo está cerrada y lo que queremos es trabajar», afirmó.

Respecto a la concentración de la hostelería, que se podría desarrollar el próximo jueves, el objetivo es que se les vea, y piden al Ayuntamiento «que se ponga de nuestro lado». Aseguró que su intención es manifestarse por el cierre «porque estamos trabajando con todas las medidas que nos han solicitado. Queremos seguir siendo visibles porque el problema es que cada vez han sido más restricciones». Muchos hosteleros «se han quedado con todo comprado para poder trabajar en invierno» y de la hostelería también dependen otros sectores, como los distribuidores.

Los hosteleros también solicitaron actividades en Navidad con el fin de que las personas puedan salir a las calles y consumir. El alcalde señaló que la intención del Ayuntamiento es la de poner en marcha diferentes iniciativas, aunque anunció que no habrá cabalgata como tal. La hostelería pidió que se pueda realizar algo similar a otros años por la ilusión de los más pequeños.

Fraile también anunció la puesta en marcha de una partida presupuestaria, no como ayuda directa, puesto que la cadena de la hostelería es muy grande y no son los únicos afectados por la pandemia, pero sí a modo de bonos para incentivar la economía local y fomentar las compras. Aunque aún se está estudiando la medida, existe un punto de partida que sitúa la cantidad de 20.000 euros, un mínimo que se puede incrementar y a los que se sumarían los 8.000 euros que no ingresará el Ayuntamiento en concepto de tasa de terrazas.