El Niño de la Bola se queda sin procesión por primera vez en la historia de la cofradía
La imagen, que desfiló incluso durante la Segunda República, presidió ayer la misa de Año Nuevo en la iglesia de San Miguel, en una celebración sin cohetes, dulzainas y tejoletas
Mónica rico
Cuéllar
Domingo, 3 de enero 2021, 18:06
La venerada imagen del Niño de la Bola ha vivido su primera fiesta sin procesión en la historia de la cofradía, que cada año saca en andas la talla los días 1 y 6 de enero. Aunque se realiza un recorrido de no mucha distancia, desde la iglesia de San Miguel hasta la de San Esteban, para regresar nuevamente al primer templo, la música y danzas se suceden durante este trayecto, lo que hace que la procesión se prolongue durante varias horas. En este inicio de 2021, la pandemia por la covid-19 ha obligado a la cofradía, por responsabilidad, a suspender la procesión, que congrega a cientos de personas cada año, sobre todo en sus compases finales y en el último tramo del recorrido, además de en la llegada a la Plaza Mayor. Por ello, los actos de este año se han limitado a cambiar la imagen del lugar donde se ubica habitualmente, en la iglesia de San Miguel, y ocupar un espacio junto al altar mayor, donde presidió ayer la primera de las eucaristías celebradas en su honor, única actividad litúrgica, que se repetirá el 6 de enero, cuando habitualmente se celebraba el segundo desfile. Así, este año comienza de una forma muy diferente en la villa cuellarana, donde se tiene como costumbre y tradición celebrar el primer día de cada año con el sonido de las dulzainas, los cohetes y las tejoletas tan característicos de los actos en honor al Niño de la Bola.
Se trata del primer año en la historia de la cofradía en la que la imagen del Niño no sale en procesión. Así lo confirmó Juan Carlos Llorente, historiador local y hermano cofrade, tras revisar los libros de actas. Durante la ubicación de la talla junto al altar y tras vestirle, informó a los cofrades asistentes de que incluso durante la Guerra Civil las procesiones se realizaron, eso sí, sin dulzainas «y sin jaleo. Procesiones al estilo normal, rezando oraciones y punto».
Llorente señaló que las procesiones se mantuvieron durante la Segunda República. «Sabemos que los sacerdotes tuvieron muchos problemas, porque así se refleja en el acta. Costaba 1,50 pesetas pedir permiso al Ayuntamiento para poder hacer la procesión, y en alguna ocasión a lo mejor el sacerdote o el mayordomo se había olvidado, y venían los guardias a detener, pero nunca se ha perdido», explicó el historiador, quien indicó que los devotos del Niño siempre sacaron adelante el desfile. Según los libros de actas de la cofradía, en el año 1936, como los días de celebración fueron previos a la Guerra Civil, todo se desarrolló de la forma habitual. Fue en el año 1937 cuando aparecen los primeros cambios. En acta queda reflejada la celebración de los actos litúrgicos y el reparto de puestos que se hacían los hermanos para encargarse de los preparativos, como el guion, subir el armonio desde San Miguel a San Esteban o de los danzantes. En este año no aparece el pago a los dulzaineros, lo que tampoco se encuentra en las actas de los años 1938 y 1939, aunque vuelve a aparecer en la de 1940. «Hay cosas muy curiosas», señala Llorente, como el pago de chocolate para el cura, que se siguió haciendo durante esos años. El historiador explica que «existen también otras mermas», además de la de los dulzaineros, como la compra de vino que se llevaba en la procesión para que los danzantes pudieran beber unos tragos durante el recorrido. «Eso tampoco aparece en los años 1937, 1938 y 1939, luego no hubo danza».
Para este 2021 se ha decidido que el hasta ahora mayordomo, Juan Pablo de Benito, continúe en el cargo hasta el próximo 31 de diciembre. Llorente indicó que es una cuestión que se ha consultado con algunos hermanos. Debido a las circunstancias, el mayordomo entrante no podría participar en las celebraciones habituales, como los ágapes, dulzainas, cohetes o procesiones, por lo que se optó por proponer una prórroga de la mayordomía. Con esta decisión se levantará un acta, que firmará el propio mayordomo y que supone «un hecho extraordinario en la historia de la cofradía», señala Llorente. A ese acta se incorporarán las cuentas del año, que serán muy similares a las de 2020, puesto que al no realizarse los grandes eventos apenas habrá gastos, únicamente los destinados a la parroquia y a flores para adornar la imagen del Niño. Llorente señaló que los calendarios que realiza la cofradía han sido sufragados por uno de los hermanos, por lo que los donativos que se obtengan de su venta se destinarán a pagar los gastos de las celebraciones de estos días.
Por su parte, Juan Pablo de Benito agradeció a la cofradía «la confianza otorgada» a través de la prórroga del cargo. Asimismo señaló que se continuará trabajando para que la fiesta del Niño de la Bola sea declarada Manifestación Tradicional de Interés Cultural Provincial.
Novedades
A pesar de no celebrar procesiones, la cofradía cuenta con novedades respecto a la figura del Niño de la Bola. Así, se ha realizado una funda para tapar el soporte en el que se sitúa a la talla en la iglesia, que será propia de la cofradía, puesto que hasta el momento se compartía con otras actividades que se celebraban en el templo. La funda lleva bordadas en oro las letras JHS y una cruz central.Otro de los cambios es que se ha colocado el lazo de exvotos, donde se sitúan habitualmente los regalos, como medallas o ágapes para colgar en la talla, a la derecha del Niño.