Guillermo San Juan, portavoz de Segovia en Marcha

«Mazarías es un caniche con la Junta y un dóberman con el Gobierno del PSOE»

–¿Segovia está mejor, peor o igual que hace dos años?

–La percepción es que la ciudad está estancada en inversiones y servicios públicos. No avanza. Ya teníamos una ciudad paralizada en los dos últimos años del mandato anterior y en los dos últimos se ha profundizado. Se ha intensificado una forma de gobernar estando más pendiente del hacia fuera que del hacia dentro. Se ha profundizado en un modelo de ciudad escaparate. La mayor parte de la iniciativa pública se centra en lo que van a ver los visitantes. El 40% de las inversiones se centran en los principales ejes turísticos. Al mismo tiempo los servicios básicos que llegan a los barrios son insuficientes. Si preguntamos cuál ha sido la principal inversión en los barrios estos años cuesta encontrar una respuesta.

–Pero del turismo vive un buen número de segovianos.

–Pero hay un déficit de inversiones histórico en los barrios de la ciudad. Las aceras de fuera del eje turístico son totalmente inaccesibles. Hay problemas de iluminación, de limpieza… Lo que estamos viendo es que se desvía cada vez más dinero público al turismo masivo y al rentismo inmobiliario vinculado a IE University mientras se abandonan las infraestructuras públicas.

–¿Cree que el votante de Mazarías esperaba otra cosa?

–En dos años se ha enfrentado a buena parte del tejido social y cultural, ha gobernado a golpe de ocurrencia e imponiendo modelos que chocaban con la opinión mayoritaria, como en el caso de Blanca de Silos o de los mercados. Eso ha llegado a una parte de los votantes de Mazarías. Ahora, con la polémica por la supresión de paradas de Renfe, estamos viendo a un Mazarías más oportunista. Por un lado vemos que se comporta como un caniche con las administraciones del PP y como un dóberman con el Gobierno del PSOE. Hay mucho de oportunismo y eso le hace ser poco creíble.

–Dígame una buena medida implementada por el actual equipo de gobierno.

–El desmonte de San Gabriel, aunque no compartimos el objetivo para el que se desarrolla. Pero en Segovia había muchas cosas que se daban por hechas y el tomar algunas decisiones que modifican lo habitual permiten percibir que las cosas pueden ser diferentes.

–¿Por qué no comparten el objetivo de esa intervención?

–Tenemos dudas porque creemos que hace falta reordenar todo el tráfico de Vía Roma y San Gabriel con una percepción más amplia. San Gabriel ya es un embudo y está saturada aunque se mejoren los accesos. Hay que tomar otras medidas. Esa vía no puede soportar más tráfico del que tiene.

–¿Qué tipo de medidas?

–Actualizar el diagnóstico. Los últimos datos hablan de 15.000 vehículos del alfoz que cada día se trasladan a Segovia. El eje carretera de Soria-Vía Roma se percibe como una vía rápida. Hay muchos vehículos y a velocidades por encima de lo recomendable. Convertir toda la ciudad en zona 30 lograría desincentivar estas calles como vías rápidas y que mucha gente prefiera ir por la circunvalación.

–En estos años ha centrado su mensaje en dos o tres grandes cuestiones como el turismo y la vivienda, ¿es premeditado?

–Nos hemos posicionado claramente porque chocan de manera frontal con el modelo de ciudad que defendemos. Decir que Segovia no puede depender solo del turismo puede generar debate, pero al mismo tiempo creo que genera un amplio consenso. Tenemos una dependencia excesiva y perversa desde el punto de vista económico, social y urbanístico del sector turístico. También nos hemos posicionado frente al modelo de rentismo que apenas beneficia a uno de cada diez hogares en Segovia y que supone que la ciudad se esté estancando.

–Si tuviera que poner en una balanza los aspectos negativos y positivos de la presencia de IE University en Segovia, ¿qué cree que pesaría más?

–Yo creo que IE University está sobredimensionada. Hay más estudiantes de los que la ciudad puede soportar. Segovia tiene unos niveles de carga que se han sobrepasado hace mucho tiempo, lo que se traduce en que el impacto actual sea negativo. Eso no significa que no pudiera tener otro impacto si estuviera más dimensionada. Hasta 2012 el número de estudiantes se mantenía en cifras asumibles a pesar del alto impacto que tienen por su alta capacidad adquisitiva. Es un problema porque los salarios de Segovia son los segundos más bajos de la región y la gente que busca una vivienda compite con personas que tiene una capacidad económica infinita.

–¿Qué haría con la Fundación Don Juan de Borbón?

–Hay que exigirle lo mismo que al resto de entidades: generar fondos propios. Pero tiene una dependencia de más del 80% de las administraciones.

–¿Y si no es capaz?

–Hay un informe de Intervención que plantea cuestiones como su conversión en un consorcio. Nosotros estamos muy de acuerdo.

–¿Qué perspectivas tiene para estos dos años?

–Que los segovianos puedan percibir que hay otra forma de entender la ciudad. Hay que batallar por las ideas y por los proyectos, planteando alternativas en materias concretas.

–En ese trabajo de construir una alternativa, ¿cuáles son sus planes para mayo de 2027?

–Los planes empiezan mañana con un trabajo político de batalla por las ideas. Es la base para afrontar las elecciones. Habitualmente no se ganan en la campaña ni en los meses previos. Se ganan si la ciudadanía percibe que hay alternativas.

–Esas alternativas están muy vinculadas a su nombre, sobre todo en una formación sin una marca nacional detrás.

–Es pronto para decidir sobre esas cuestiones. Lo importante es hablar del qué y el cómo y no tanto del quién. En Segovia en Marcha hemos trabajado en un modelo que vaya más allá de las fronteras ideológicas de un partido.

–¿Eso significa huir de la marca Podemos?

–Es ensanchar el espacio. Hay que generar un proyecto aglutinador que vaya mucho más allá de las identidades. Nos parece que es la base sobre la que seguir trabajando.