Funcionarios de la cárcel de Segovia denuncian «violencia machista, agresiones y cucarachas»

«No son hechos aislados», alertan en la asociación, sino «una más de las tantas que venimos sufriendo a diario», critican en la delegación segoviana al hacerse eco de la peligrosidad con la que conviven sus compañeros en los centros penitenciarios en España. La portavocía en Perogordo de TAMPM, que por motivos de seguridad prefiere guardar su anonimato, llama la atención sobre la «indefensión y desprotección» en la que han de desarrollar su trabajo diario dentro de los muros de la prisión. «Cuando salen al patio, te encuentras solo con cien presos y un 'walkie'», lamenta.

Los funcionarios sienten que se juegan la vida cada vez que cruzan el umbral de la puerta de la cárcel. Culpan de esta situación de «precariedad» a la administración penitenciaria y a la dirección del centro, a la que acusan de «no hacer nada» y de actuar con «permisividad» en los conflictos que implican a internos que cumplen condena en Perogordo y a funcionarios que se ven atacados verbal o físicamente. La representación del Tu Abandono Me Puede Matar expone que una agresión como la ocurrida el pasado 27 de noviembre, en la calle, conllevaría una condena de cuatro años en prisión. Sin embargo, dentro del centro penitenciario «no se castiga» con esa severidad. «Sale gratis debido a las políticas de buenismo que se aplican a la población reclusa», ahondan en la queja.

La conflictividad a la que aluden se ve agravada por el perfil de una parte de los reos de Perogordo. TAMPM señala que cada vez ingresan más presos con problemas psiquiátricos que presentan más dificultades de adaptación a la vida en la cárcel. El sindicato critica que «no hay seguimiento ni tratamiento porque faltan especialistas», lo que deriva en un mayor riesgo en la convivencia y el desempeño de las labores diarias.

Los manifestantes de este viernes también advierten de episodios de «violencia machista» dentro de la cárcel de Segovia. Se refieren a los «insultos y vejaciones» que internos profieren contra funcionarias. Según las explicaciones de TAMPM, esta tensión contra las trabajadoras es producto también de la «permisividad» que campa en favor de los presos y del progresivo aumento de la presencia de mujeres en la plantilla de vigilantes. Dos compañeras -relata la organización- han padecido recientemente «amenazas de muerte» por parte de un interno «solo por el hecho de ser mujeres».

La lista de quejas no para ahí. Los portavoces sindicales también denuncian públicamente la falta de limpieza en las instalaciones. Ponen de manifiesto que desde hace más de 150 días, la empresa que prestaba el servicio dejó de pagar a las trabajadoras, que a la postre perdieron el empleo. Desde entonces, son los internos que cumplen condena en Perogordo los encargados de suplir esta carencia y los que limpian el centro penitenciario.

Según portavoces del sindicato que ha convocado la acción de protesta, son reclusos de confianza los que realizan estas tareas una vez cada dos días. Para los funcionarios, las condiciones de salubridad e higiene son «precarias». De hecho, denuncian la aparición de «plagas de cucarachas y de avispas» atraídas por la suciedad de las estancias. Y aunque se ha procedido a la fumigación, el déficit de limpieza suele reproducir estos episodios, apostilla el sindicato.

Otra de las reivindicaciones que han presidido la protesta ante la cárcel de Segovia es una antigua demanda del personal que trabaja en centros penitenciarios y que es su reconocimiento como agente de la autoridad, subrayan fuentes de TAMPM, quienes reclaman un «cambio de rumbo en la gestión y la dirección» del centro penitenciario.