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El grupo de forcados portugueses, en la plaza de Mozoncillo. C. V.
Los forcados portugueses triunfan en los festejos de Mozoncillo

Los forcados portugueses triunfan en los festejos de Mozoncillo

Paulo Jorge de Portugal y el español Sebastián Fernández forman el cartel de la corrida de rejoneo

Cristina Vega

Mozoncillo

Sábado, 18 de agosto 2018, 12:31

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Los festejos taurinos de las Fiestas Patronales de Mozoncillo se han desarrollado con tres días de encierro campero y mixto, concurso de cortes y una novillada de rejones. Los forcados protagonizaron la corrida con su peculiar forma de lidiar al toro, meramente portuguesa, que consiste en que ocho hombres paran la embestida del animal.

El jueves, con tres cuartas partes de aforo de la plaza, se desarrolló la novillada de rejones para los caballeros Paulo Jorge de Portugal y el español Sebastián Fernández. El portugués Paulo Jorge, vestido a la Federica, con una indumentaria propia de los noble caballeros rejoneadores del siglo XVIlI recibió al toro con un rejón de castigo intentando encelarle a la grupa del caballo. El tercio de banderillas estuvieron muy bien puestas, con adornos a la entrada y doble pirueta ante la cara del novillo.

Llegó el turno para los forcados que hicieron un buen embroque sujetando al toro para después soltarlo. El rejoneador remató la faena con las banderillas cortas y tras tres pinchazos y descabello, dobló el toro. En el segundo de su lote recibió al toro con rejón de castigo en largo, tercio de banderillas, pinchazo y rejón de ejecución inmediata, lo que le galardonó con una oreja.

El español Sebastián Fernández, recibió al toro con una exhibición de toreo con garrocha al estilo campero andaluz, con caballo cartujano de gran estampa. Le cita con los pechos al centro de la plaza demostrando gran torería. Con un caballo bayo, da varios quiebros en la misma cara del toro, realizando un tercio de banderillas bien colocadas. En la actuación de los forcados 'el pillar', que es quien recibe al tordo, sufrió una caída y quedó seminconsciente recuperándose enseguida.

En el segundo de su lote, el toro salió despistado y no ayudaba al rejoneador. Tras los rejones de castigo y banderillas al quiebro, le saca de las tablas con gran dominio de la doma vaquera, ofreciéndole los pechos del caballo con adornos antes de la ejecución de banderillas. Con el toro muy estático, mató con cuatro pinchazos y un bajonazo, consiguiendo como trofeo la ovación del público.

Una técnica colectiva

En la actuación de los forcados portuguses, el primero de ellos se denomina 'el pillar' y recibe al toro de cara. Le cita con chulería y recibe su impacto corre hacia atrás, se agarra fuertemente a su cuello, rodeando con su cuerpo la cabeza. Detrás de él, aparece el denominado 'primer ayuda' que debe apoyar a su compañero. Los 'segundas ayudas', agarran con una mano un pitón y con la otra el lomo del animal. El quinto en la fila es el 'rabillador', encargado de agarrar por el rabo al toro, mientras que detrás de él se encuentran las 'terceras ayudas', que cierran la pega y hacen bloque. Una vez que todo el grupo está agarrado de forma y el toro está inmovilizado, se da por concluida la pega.

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