El expediente temporal de empleo presentado por Verescence afecta a 380 de los 431 trabajadores

La crisis sanitaria y económica global desatada por la pandemia del coronavirus ha irrumpido también en las grandes compañías asentadas una la provincia donde predominan las pymes. La cuarta mayor empresa del débil tejido industrial segoviano, Verescence, ha presentado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). El proceso se presentó el pasado 31 de marzo como consecuencia de los estragos que estaba generando la expansión de la Covid-19 en la plantilla y en la propia actividad productiva.

De los 431 empleados que conforman el total de la planta situada en el Real Sitio de San Ildefonso, 380 se han visto incluidos en el expediente iniciado, que tal y como se ha acordado finalizará cuando expire el estado de alarma decretado por el Gobierno de la nación, especifica el secretario general de Unión General de Trabajadores (UGT), Manuel Sanz.

La empresa internacional, líder mundial en la elaboración de frascos de vidrio para los sectores de la cosmética y perfumería, ha acusado el golpe de la pandemia. A las bajas y cuarentenas que se han sucedido dentro de la plantilla de la fábrica y que han afectado a puestos claves de la cadena, se han sumado las últimas medidas del Ejecutivo central sobre los servicios esenciales parado las líneas de fabricación de frascos de cristal para cosmética y perfumería.

La otra producción que se lleva a cabo en la planta segoviana de Verescence de aisladores eléctricos sí han sido incluida en la lista de prestaciones esenciales en el contexto del estado de alarma, explica Manuel Sanz. En este sentido, se están desarrollando labores de mantenimiento en los hornos para que no se deterioren.

La compañía intenta de esta manera minimizar la repercusión del coronavirus en esta línea y tener garantizados posibles pedidos que se puedan recibir. Asimismo, hay producción en el almacén para poder atender la demanda, añade el secretario general de UGT en Segovia.

«Lo más importante en estos momentos es la salud de los trabajadores, que debe prevalecer sobre los intereses económicos de las empresas», ha subrayado el responsable sindical. El expediente regulador de empleo en Verescence es provisional, insiste Sanz, quien apostilla que en el caso de planta granjeña se ha convenido «la suspensión de la totalidad de los contratos» hasta que el Gobierno decrete el levantamiento del estado de alarma, momento en el que la plantilla implicada volverá al trabajo, aclara el portavoz de UGT en la provincia.

La premisa de garantizar la salud de los operarios es la que también se ha impuesto en el caso de otro de los grandes nombres de la industria provincial. Klein, encargada de la fabricación de mangueras de caucho, también se ha visto abocada a solicitar un ERTE, que implica a 90 de los 104 empleados con los que cuenta, dejando solo en teletrabajo al personal de administración.

A diferencia de Verescence, el acuerdo sobre la regulación de empleo temporal al que se ha llegado en Klein se alargará hasta mayo, aunque se negocia la opción de que si las circunstancias productivas son propicias para el retorno a la actividad, la plantilla podrá reincorporarse a sus tareas correspondientes, apunta el secretario general de UGT en Segovia.

A fecha de este jueves, en la provincia se han tramitado ya 1.882 ERTEs que afectan a 8.098 trabajadores. Para hacerse una idea, la última Encuesta sobre Población Activa (EPA) correspondiente al cuarto trimestre de 2019, revelaba que había 71.600 segovianos con una ocupación laboral. Así pues, la pandemia del nuevo coronavirus ha empujado a la suspensión temporal de empleo a más del 11% de la población activa de la provincia.