Apadefim pide ayuda para su residencia de La Lastrilla, con dos muertos y «algunos» infectados
El presidente de la asociación, Maximino Viloria, reclama que usuarios y trabajadores puedan someterse a la prueba del Covid-19
«Nos consta que la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León está al corriente de nuestras necesidades y trabaja para solucionarlo lo antes posible, pero para poder cumplir las normas que Sanidad exige, necesitamos.... ¡tanto! Lo que más nos urge es que usuarios y trabajadores pasen la prueba del Covid-19».
El presidente de Apadefim-Fundación Personas, Maximino Viloria, lanza un SOS antes de que la situación pueda irse de las manos. La crisis del coronavirus está golpeando con fuerza los centros para personas con discapacidad psíquica e intelectual que esta fundación gestiona en la provincia de Segovia. En la residencia de La Lastrilla ya han muerto dos usuarios desde que empezó la pandemia, hay «algunos» infectados que permanecen aislados y el resto «también se encuentra en una situación de aislamiento preventivo», confirma Viloria, muy preocupado por la evolución que la crisis pudiera seguir en una residencia donde habitan casi cincuenta personas.
Coronavirus en Segovia
Sin embargo, en el centro de usuarios gravemente afectados, donde residen catorce personas con parálisis cerebral, no se ha detectado ningún caso, ni tampoco en la residencia de Cuéllar, que también cuenta con catorce residentes. «Algunas familias han optado por llevárselos a sus casas, y están en su derecho, pero, de momento, no ha habido ninguna incidencia», añade Viloria, que sí confirma el cierre del centro de día y del centro ocupacional, ambos situados en el complejo de La Lastrilla. «Sus usuarios están en casa, con sus familias. No lo están pasando bien porque son personas muy especiales, con unas necesidades muy concretas, a quienes les resulta muy difícil entender una situación de confinamiento de este calibre», apunta el presidente de Apadefim. El personal laboral de los distintos centros de la fundación en la provincia también se ha visto afectado. A día de hoy, hay veinte bajas, tres de las cuales por coronavirus. «El resto tiene síntomas o simplemente está de baja».
«Impotencia»
La realidad del día a día de las personas con discapacidad psíquica e intelectual está siendo muy complicada durante la cuarentena que impone el estado de alarma. «Se ha hablado mucho de los niños autistas, que deben salir a diario. Mi hijo es autista, pero yo, como presidente de Apadefim, tengo que defender a todos. No todos nuestros usuarios tienen las mismas necesidades. A unos les viene bien una cosa y a otros, otra. ¡Algunos se suben por las paredes...! Mi hijo necesita que le dé un paseo en coche a diario, otros necesitan correr, pasear... Y se lo explicas y no te entienden. Sé que las familias lo están pasando mal, muy mal. Por ejemplo, te llega la hora de hacer la compra y... ¿los dejas solos en casa? Es muy difícil», se lamenta Maximino Viloria, que todos los días se esfuerza por explicarle a su hijo una situación que no llega a comprender. «Se lo cuento, parece que lo entiende y al rato me vuelve a preguntar. ¿Cómo le explicas dónde está el coronavirus, que es algo muy peligroso y que no podemos salir de casa...? Son momentos muy malos», señala el presidente de Apadefim.
Viloria recuerda que los familiares de estos usuarios pueden acceder por teléfono a la ayuda psicológica: «Los usuarios del centro de día y del centro ocupacional están en sus casas. Son chicos y chicas, hombres y mujeres que están acostumbrados a tener una ocupación, una rutina. No está siendo fácil para ellos. Sabes que son personas débiles, con unas necesidades muy especiales... ¡Puf! Sientes impotencia. Una impotencia inmensa».
Desinfección
El domingo, efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) procedieron a la desinfección de los centros de la Fundación Personas en La Lastrilla y ayer hizo lo propio con los de Cuéllar (centro de día y residencia Mar de Pinares) la Unidad de Servicios de Base (USBA) El Empecinado, procedente de Santovenia de Pisuerga (Valladolid). El Ejército español está colaborando activamente para amortiguar los estragos de la crisis sanitaria que azota a todo el país. A Cuéllar se desplazaron trece efectivos, de los que tres integraban el equipo de veterinarios (un jefe y dos aplicadores) y los diez restantes eran conductores de los vehículos desplazados y personal de apoyo para la ejecución de las misiones de limpieza de exteriores con cloro y labores de apoyo necesarias, informa Mónica Rico. En estas instalaciones viven catorce usuarios que se encuentran «en buen estado» de salud y desarrollando distintas actividades durante el confinamiento, según la directora del centro Mar de Pinares, Marta Madroño.
El jefe de la unidad, el teniente coronel Jesús González, explicó que su grupo también desarrolla cualquier labor de apoyo que las residencias le pidan. De este modo, si en los espacios a desinfectar hay enfermos de avanzada edad o con dificultades de movilidad, la USBA se encarga de trasladarlos a zonas comunes. Igualmente mueven mobiliario o utensilios, con el fin de facilitar la labor del personal.
El representante de la Fundación Personas en la provincia, Maximino Viloria, agradeció la labor del Ejército en la desinfección de los centros, así como el apoyo que les han brindado estos días los ayuntamientos de Segovia, Cuéllar y La Lastrilla, la Diputación, la Junta de Castilla y León y empresas como Mundo Laboral, que ha enviado material de protección.