Corral de Ayllón es un pueblo muy llano y ubicado en un lugar estratégico del nordeste de la provincia de Segovia respecto a Madrid. Así lo consideraron en su día quienes decidieron construir el aeródromo de Las Navas durante la Guerra Civil, que es uno de los más grandes de Europa.
Esta instalación es historia del pueblo, siempre ligado a la misma, y ha pasado por diferentes avatares. Terminada la guerra se abandonó y pasados unos años se destruyeron el hangar grande y la torre de control; las edificaciones que quedaron se utilizaron para guardar ganado. Posteriormente, hace unos 30 años una fundación privada se interesó y lo alquiló al Ayuntamiento, lo que generó actividad, sobre todo de veleros, y empleo. Pero llegó la crisis económica de principios de este siglo que terminó con la bonanza del aeródromo .
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Ahora su utilización es menor y el Ayuntamiento lo arrienda de forma temporal para que el Estado haga pruebas con aviones y drones. Ya no es lo mismo, su actividad ha caído mucho y aunque entidades o empresas pregunten, al final no acaba de cuajar ningún proyecto.
Sin embargo, Corral no es solo el aeródromo, de cuya importancia nadie puede dudar. El pueblo también es agricultura, ganadería y patrimonio, entre el que sobresale la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción como lo hacía la ermita junto al cementerio, ahora en ruinas.
El museo de La Fragua es otra de las señas de identidad ; utensilios antiguos del oficio de herrero y numerosos aperos forman una coleccción que merece la pena conocer, como también ocurre con las gentes de Corral. Aunque no llegamos al centenar de habitantes censados, la llegada los fines de semana de personas con vivienda de segunda residencia da un respiro en el problema de la despoblación. Y lo más importante: la armonía que existe entre los vecinos que nos juntamos a disfrutar en el local de la asociación.