La campaña de derribar el Acueducto era «una prueba»

La noticia de la campaña impulsada por Jesús Arroyo, economista consultor de comunicación y colaborador en algunos medios, de derribar el Acueducto al ser un signo de la opresión romana era un bulo. La descabellada iniciativa, sin embargo, ha logrado su objetivo: comprobar que en la época de la posverdad y de las noticias falsas o 'fake news' es posible armar una realidad inexistente.

El autor del experimento ha admitido en una entrevista publicada por el medio portugués Diario de Noticias que se trataba de «una prueba» y que en ningún caso la intención era la de derribar el Acueducto. En esta línea, Arroyo explica que «pretendí demostrar que hoy en día es mucho más fácil hablar de cualquier tema por más brutal e improbable que sea y crear una opinión artificial».

El consultor esgrime a favor del éxito de su experimento la repercusión que ha tenido, que incluso ha traspasado las fronteras nacionales. El eco de su campaña ha llegado a Portugal, por citar un ejemplo.