El alcalde de Cuéllar pide apoyo a los caballistas y se abre a estudiar otras opciones para 2017

En torno a medio centenar de caballistas acudieron a la reunión convocada por el Ayuntamiento de Cuéllar y la dirección de campo para explicar la decisión de limitar a veinte el número de caballistas que podrán recoger a los astados en su salida de los corrales del río Cega y acompañarlos durante los primeros metros del trayecto por el pinar en los encierros de este año, que se desarrollarán desde el domingo 28 de agosto hasta el jueves 1 de septiembre.

El alcalde, Jesús García, que estuvo acompañado por el concejal de Festejos, Luis Senovilla, y los directores de campo, Pedro Caminero y José Mayoral, expuso ante los asistentes las modificaciones y cambios en el traslado. Comenzó señalando que el encierro discurre por propiedades privadas, por lo que es preceptiva la autorización de los propietarios. Uno de ellos no permite el paso de los caballistas por su propiedad y planteó la autorización a un máximo de diez jinetes. Tras las negociaciones, se consiguió que la cifra aumentara hasta veinte y se abriera algo el espacio con respecto a la estrechez del camino del año pasado, según destacó el regidor, quien recordó los problemas que surgieron en 2015 y la imposibilidad de que la manada descansara ante la falta de un lugar donde parar los astados.

García pidió a los caballistas comprensión ante la posición municipal, a la vez que solicitó su apoyo y manifestó que siempre había valorado su trabajo. Mostró su respeto hacia aquellos jinetes que no quieran colaborar y agradeció su dedicación a quienes lo hagan. Por su parte, la dirección del encierro ha dejado en manos de los caballistas la decisión sobre quiénes recibirán a los astados a la salida de los corrales.

También admitió el alcalde que todo es mejorable y que en próximas ediciones se podrán escuchar otras opciones de situación de los caballos en el pinar e incluso de cambio de ubicación de los corrales o del recorrido del encierro, «pero estamos condicionados a la propiedad privada mientras no planteemos el encierro de otra manera», detalló García, para luego confesar que su posición «no es la más cómoda».

El regidor solicitó a los caballistas que se abran, especialmente en la zona del Embudo, donde les pidió que se queden a los lados y dejen libertad para el descenso de los animales. «Esto es de todos y lo tenemos que cuidar entre todos», apuntó.

Después tomó la palabra el concejal de Festejos, quien explicó sobre plano cuáles serán las zonas de estancia de los caballistas y los lugares destinados para su incorporación detrás de la manada. Los veinte jinetes seleccionados para recoger al ganado realizarán en solitario un trayecto de 1,2 kilómetros, hasta encontrarse con el resto de caballistas, en la zona del pinar anterior al cruce de Las Máquinas.

Seguidamente se abrió un turno de preguntas, en el que los asistentes plantearon la posibilidad de acudir a la suelta a caballo como meros observadores, situándose en la zona donde estacionan los vehículos, algo que se les negó por la dificultad para controlar a cientos de jinetes que podrían querer sumarse al encierro desde ese punto. Los asistentes también preguntaron sobre el trayecto que deberán realizar los vehículos, que será el mismo que el año pasado, aunque algunos asistentes aseguraron que se les desvió por pinares y caminos de propiedad privada. También se preguntó por qué los vehículos oficiales sí pueden pasar por el pinar, algo que el regidor negó que ocurriera, a excepción de la Guardia Civil y la ambulancia.

Respecto a si la medida será temporal, el alcalde reiteró que se han pensado otras opciones y que cada año se puede hablar con la propiedad y modificar las condiciones, siempre y cuando se respete su finca. Quedó abierta la posibilidad de cambiar el corral de lugar e incluso que el encierro partiera de un punto como La Vega, donde no hay pinar, pero tampoco habría problemas con las propiedades privadas.

También se puso sobre la mesa la cantidad que se puede pagar por los daños realizados, lo que, en palabras del alcalde, es difícil de cuantificar, puesto que son muchas las reclamaciones patrimoniales cada año. Segñun dijo, el seguro ha aumentado su coste un 400% en los últimos tres años.

«Provocación»

Para cerrar el acto tomó la palabra Ainhoa Iglesias, presidenta de la Asociación Amigos del Caballo, que mostró su malestar ante la carta abierta a los caballistas enviada por el concejal de Festejos y publicada ayer por El Norte de Castilla. Tras calificar el artículo de «poco afortunado», la presidenta de la Asociación Amigos del Caballo pidió al edil que razonara y dejara «las provocaciones». En este sentido, señaló que en Cuéllar, los caballistas crían y cuidan a sus caballos para el encierro, «y al mismo van a trabajar». También recordó que para cubrir a sus animales no existe un seguro municipal. Pidió medidas organizativas óptimas y una buena labor en este sentido, en vez de «cortar cabezas» de forma indiscriminada.

«Con lo simple que hubiera sido contar con la opinión de la asociación», señaló Ainhoa Iglesias, quien indicó que existen otras opciones. Tras insistir en que el escrito firmado por Luis Senovilla es « una provocación en toda la regla», pidió al concejal de Festejos que «deje de jugar a los toros y escuche un poco más». «Deje de despotricar, ponga los pies en la tierra y busque soluciones, no responsables», le espetó Iglesias.