Cantalpino hace acopio de donativos para arreglar las goteras de su templo
El paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas han hecho que se hayan desplazado el onduline y las tejas
Jorge Holguera Illera
Miércoles, 17 de febrero 2016, 13:50
Laiglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Cantalpino necesita una reparación urgente. Así lo consideran el párroco, Anastasio Fariza, y los fieles de esta localidad que ya han empezado a desembolsar donativos para que se pueda intervenir con la mayor celeridad posible en el deteriorado tejado de esta edificación declarada como Bien de Interés Cultural. Y así lo atestiguan los barreños colocados en diferentes partes del templo, que como en aquellas casas de tiempos remotos, recogen el agua evitando que además de goteras en los tejados se produzcan charcos en el suelo con el correspondiente deterioro para la edificación.
Al entrar en este grandioso templo se puede leer una lista de donativos realizados por personas que han querido identificarse y otras que han querido permanecer en el anonimato, que hace unos días sumaban más de 6.000 euros, a los que esperan sumar más aportaciones para poder devolver todo su esplendor a esta construcción que comenzó a edificarse en el primer tercio del siglo XVI, concluyéndose a finales del XVII, según un tríptico informativo que en su día elaboró Anastasio Fariza documentándose en el estudio del que fuera corresponsal de Cantalpino, Antonio Gómez.
Según declaraciones de Anastasio Fariza, al parecer, en algunas partes del tejado de ha desplazado el onduline (que es la placa protectora sobre la que van colocadas las tejas, cuyo efecto en buen estado es múltiple, ya que aísla, evita que el agua entre y sujeta las tejas en su debido lugar, entre otras cuestiones). Además se han movido algunas tejas por causa de los factores climatológicos, las aves y por el paso del tiempo; ya que todo inmueble requiere de mantenimientos esporádicos, más teniendo en cuenta la gran altura de este tipo de edificios.
La iglesia de San Pedro es un signo de identidad para los cantalpineses. Está construida en un lugar céntrico de la localidad, y según la información antes referenciada elaborada por Fariza parece ser que se levantó la actual iglesia «en el mismo lugar donde antes se encontraba una mudéjar, que se quedó pequeña». Es una construcción de grandes proporciones, aislada en su contorno del resto de edificaciones del casco urbano. A tenor de la descripción realizada por su actual párroco: «el plano de la iglesia tiene una gran nave central, con dos laterales que casi triplican el espacio, un crucero de tres bóvedas y una capilla mayor como cabecera. A sus pies, está la torre con un espacio abovedado que se abre a la nave al que se accede desde la calle por la portada principal».
Este edificio cuyas paredes exteriores son de piedra de sillería arenisca cobija en su interior obras de arte muy cotizadas pero sobre todo cargada de un fuerte valor emocional que comparten gentes de estos tiempos con generaciones que les antecedieron y legaron este bien concebido para la alabanza y glorificación a Dios.
En el interior de este edificio, al que se puede acceder a través de tres portadas diferentes, la de la torre y las de los laterales, lo primero que asombra es su amplitud. Una sensación de grandiosidad que contribuye a generar los «dos arcos formeros de gran envergadura que apoyan en los dos pilares adosados a la torre y a los otros dos pilares del crucero». Mirando al cielo destacan las cubiertas centrales de estilo mudéjar, «consideradas de las más interesantes de la zona», según el informe que realizó Anastasio Fariza.
Este templo vive cada año la devoción popular en diferentes fechas. La primera fiesta destacable es la que realizan las mujeres en el día de Santa Águeda. Pocos días después los quintos sacan en procesión a San Blas. Cada 9 de febrero, las mujeres homenajean con una misa y una ofrenda floral a la Beata Eusebia Palomino, que es un ejemplo de mujer católica. San Isidro labrador no podría faltar entre los santos venerados en esta localidad afamada por sus expertos hortelanos y hábiles agricultores. La fiesta principal se celebra el 15 de agosto, en honor a la Virgen de la Asunción. Este templo también acoge cada año la celebración religiosa a San Roque.