El Toralín, prueba de fuego para definir el futuro inmediato del Real Valladolid
La Ponferradina dictará sentencia sobre si lo visto ante el Alcorcon fue un lapsus de lucidez o el Pucela de Pacheta despega
Hoy viernes, sobre las 23 horas, tendremos la sentencia que dictará El Toralín sobre el futuro inmediato del Real Valladolid y su proyecto de ... retorno a Primera División. En este inicio de temporada, de momento al Pucela le ha pesado más la imagen de un equipo frágil defensivamente y sin mordiente ofensiva que la del transatlántico de Segunda División candidato al ascenso directo. Sin embargo, la visita al estadio de la Ponferradina se antoja un punto de inflexión ya no solo desde el punto de vista resultadista, sino también desde el anímico y el de la idea de juego.
Ante el Alcorcón, los de Pacheta desplegaron quizá su mejor versión en lo que va de temporada, ahogando de forma continua en algunos instantes al cuadro alfarero que se sacudía la presión como podía. Si bien Zorrilla recibía al colista, la decepción de Montilivi tornó en un optimismo palpable en las gradas del feudo vallisoletano que vibraban con cada ataque del conjunto blanquivioleta.
Por otro lado, el técnico burgalés encontró el engranaje perfecto en el medio del campo al juntar a Roque Mesa, inquilino habitual de la medular, con un sobresaliente Aguado, que destapó el frasco de las esencias para mover al equipo. La defensa de cuatro regresó y la doble punta funcionó, con Sergio León liberando a Weissman, que prefiere estar acompañado en la punta de ataque como el mismo reconoció esta semana en rueda de prensa.
En cuanto a sensaciones, el partido ante la Ponferradina se plantea como la prueba del algodón ante un equipo que exigirá la mejor versión del cuadro vallisoletano y requerirá de la solidaridad de los once futbolistas sobre el terreno de juego para contrarrestar las transiciones del cuadro berciano. Si se gana, la confianza ganada el pasado domingo se multiplicará y puede marcar un antes y un después en el devenir de esta temporada a orillas del Pisuerga.
Pero si se cae, el impacto positivo generado por los tres puntos ante el cuadro alfarero se verá difuminado y la sombra de las dudas volverá a cubrir al Real Valladolid. Desde un enfoque resultadista, aunque aún restan muchas jornadas para que se resuelvan los puestos de ascenso, los tres puntos ante el tercero de la competición serían, además de un impulso a nivel clasificatorio, un golpe encima de la mesa a nivel autoritario para hacer saber al resto de candidatos a subir de categoría que el Real Valladolid es uno de los rivales a batir.
Un reto complicado
Visitar a estas alturas El Toralín es un reto más complicado si cabe de la dificultad que ha supuesto tradicionalmente el estadio de la Ponferradina para el Pucela. Su última visita en enfrentamiento liguero fue en 2016, partido del que aún se acuerdan en tierras bercianas gracias al hat-trick anotado por Yuri en la tercera jornada de la campaña 15-16 con Garitano a los mandos de la nave blanquivioleta. El año anterior, el cuadro pucelano también salió derrotado por 2-0, esta vez con Rubí en el banquillo y con otro tanto del delantero brasileño, al que se le da especialmente bien el Real Valladolid.
Desde el banquillo del conjunto blanquiazul, Bolo esgrime un discurso de prudencia, humildad y trabajo, precisamente los puntos fuertes de un equipo trabajo y con unos mecanismos envidiables a la hora de armar contragolpes. Esa es su principal virtud, la salida rápida, la transición veloz que haga inútil el repliegue rival y la finalización por parte de sus hombres de ataque.
Precisamente en la parcela ofensiva es donde Bolo tiene una de las bajas más significativas. Sergi Enrich no aportará su pelea y sus goles ante el conjunto vallisoletano. Una baja mucho más sensible para el bilbaíno será la de Érik Morán, un fijo en la medular berciana que se perderá el derbi por lesión. Con los que sí podrá contar para su ataque son tanto Edu Espiau como el incombustible Yuri, flanqueados por Ojeda y Naranjo, que previsiblemente serán las principales amenazas para una defensa vallisoletana en cuadro.
Con las lesiones de El Yamiq, Javi Sánchez y Joaquín, el de Salas de los Infantes buscará asentar la pareja Kiko Olivas-Queirós, que salió imbatida ante el Alcorcon. Pero la clave, como casi siempre en el fútbol, reside en el centro del campo, donde Pacheta debe ser capaz de encontrar el equilibrio entre la creación ofensiva y la ocupación defensiva para que el equipo no se parta ante las salidas al contraataque de la Ponferradina.
Necesario también será tapar el buen pie de Agus Medina en inicio de jugada y agobiar la salida de balón desde atrás de Pascanu y Copete, que poseen buenas dotes tanto para jugar en corto como para desplazar el juego en largo hacia la espalda de la defensa blanquivioleta.
Juntos atrás y rápidos arriba
La solidaridad y el compromiso en defensa son dos aspectos innegociables para Jon Pérez Bolo, por lo que el Real Valladolid se enfrentará con toda seguridad a un partido en el que mandará pero no gozará de muchos espacios ante un previsible muro berciano en bloque medio o bajo. La 'Ponfe' sabe pertrecharse juntando líneas y buscar la oportunidad de transiciones rápidas en las que suele sumar varios efectivos a la causa para finalizar jugada, una premisa que también comparte Pacheta para este encuentro.
Conscientes de las facilidades que suele mostrar el Pucela en la parcela defensiva, sobre todo en las ayudas y a la espalda de los laterales cuando se emplean en labores ofensivas, se espera que el conjunto blanquiazul aproveche dichos espacios para castigar el asedio del Real Valladolid. Desde Ponferrada apuntan que si el escenario es favorable al cuadro local, con un gol tempranero, el Real Valladolid sudará tinta china para revertir la situación ante un equipo que se encuentra cómodo al defender resultados. A las 21 horas, comenzará la prueba de fuego del Real Valladolid en El Toralín.
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