Real Valladolid-Espanyol: partidazo en la lucha por el ascenso directo

Dos clubes históricos de Primera División se medirán en la categoría de plata con diferentes necesidades y un mismo objetivo: volver a la élite por la vía rápida.

El Pucela llega huracanado y luce como el equipo más en forma de toda la categoría. Si para el resto de los rivales de la zona alta ganar supone un mundo en este tramo decisivo, el conjunto de Paulo Pezzolano encadena cinco victorias consecutivas y no pierde desde el 17 de marzo, cuando cayó en el campo del Racing de Ferrol, superó su crisis y rebotó a lo grande.

El portero Jordi Masip aspira a batir el récord de imbatibilidad en el Real Valladolid: suma 628 minutos sin encajar un gol y tiene a tiro la plusmarca que él mismo ostenta (646 minutos en la temporada 2021-2022).

El Real Valladolid se ha solidificado hasta límites graníticos y mantiene la segunda posición en la tabla empatado a 67 puntos con el líder Leganés. Ahora mismo, el Pucela y el conjunto madrileño cuentan con más de un 80% de posibilidades matemáticas de subir directamente (según las proyecciones), pero el fútbol desafía frecuentemente a los números y nadie quiere confiarse porque el Eibar acecha por detrás con 64 puntos.

El Espanyol sufre una desaceleración muy acusada: no pierde desde el 10 de febrero (jornada 26ª), pero tampoco encuentra la forma de ganar: ha empatado sus últimos cuatro partidos y sólo suma dos triunfos en los diez últimos choques. La ristra de marcadores igualados le ha llevado a descolgarse de las posiciones de ascenso directo (era segundo en la jornada 34, con dos puntos de ventaja sobre Eibar y Real Valladolid), pero ahora ve al Pucela seis puntos por delante y, con 61 puntos y cuarto clasificado, toda su obsesión pasa por ganar en Zorrilla esta tarde y reengancharse a la lucha por el ascenso directo, del que se despedirá de manera casi absoluta si pierde.

La expectación resulta máxima y se prevé que el estadio José Zorrilla roce o alcance el lleno para meter presión desde la grada ante uno de los rivales más potentes de la categoría, por mucho que no atraviese su momento más inspirado.

El equipo blanquivioleta ha encontrado la manera de manejar a su antojo marcadores cortos (tres de sus últimas cinco victorias han sido por la mínima), pero tendrá delante a un hueso muy duro de roer que cuenta en sus filas con Martin Braithwaite, el máximo realizador actualmente de Segunda con 20 tantos. Javi Puado, con 12 goles, es la otra gran amenaza ofensiva del conjunto perico.

El Real Valladolid sufre bajas de entidad en ataque: el delantero Marcos André se ha unido a una enfermería de la que tratan de salir Mamadou Sylla (ya trabaja con el grupo, pero sigue siendo duda hasta última hora), Stipe Biuk, Amath Ndiaye y Robert Kenedy.

Pezzolano recupera para este partido a Víctor Meseguer y Lucas Rosa, que cumplieron sanción ante el Mirandés. La vuelta de Meseguer permitirá al técnico armar un triángulo mágico en el centro del campo que ha resultado clave en este tramo, con el reconvertido Lucas Oliveira por delante de la defensa y Monchu y Meseguer más liberados para asomarse arriba desde la medular.

En principio, no se prevén muchos cambios en un once consolidado, en el que brillan César Tárrega y Enzo Boyomo en el eje de la zaga, con la alternativa de Javi Sánchez si está recuperado de sus molestias en la espalda. Raúl Moro (con su capacidad de desborde) y Anuar Mohamed (entrega y lucha sin tregua) apuntan a mantenerse en las bandas del ataque, con Álvaro Negredo como gran referencia arriba en el 4-3-3 que emplea Pezzolano.

En el Espanyol, Manolo González cuenta con la baja por sanción de Omar El Hilali, dueño indiscutible del lateral derecho, lo que abre la puerta a la titularidad de Óscar Gil en esa demarcación. El ilicitano, que empezó la campaña como titular, sólo ha disputado once minutos tras la llegada de González al banquillo blanquiazul hace ocho jornadas. La previsión es que el entrenador del cuadro catalán mantenga el esqueleto del equipo que empató a cero ante el Sporting la pasada jornada en Cornellá, con el exblanquivioleta Brian Oliván en el lateral izquierdo, Cabrera y Sergi Gómez en el eje de la zaga, otro jugador con pasado en el Pucela como Álvaro Aguado en la medular junto a Gragera, Puado y Jofre por las bandas del ataque y Braithwaite arriba con Gastón Valles o Nico Melamed.

El Espanyol es el sexto equipo al que más veces se ha medido el Real Valladolid en su historia (103 partidos oficiales, incluida la Copa del Rey). En los 51 choques disputados a orillas del Pisuerga, los números favorecen claramente a los pucelanos, con 25 victorias locales y sólo siete visitantes. Los otros 17 encuentros acabaron con empate. En Liga, el conjunto blanquivioleta no pierde en Zorrilla ante los pericos desde la sexta jornada de la temporada 2001-2002

Los números de este curso también favorecen a un Pucela que sólo ha perdido dos partidos en Zorrilla. El Espanyol únicamente ha ganado cinco encuentros a domicilio esta campaña.

«Si ganamos damos un golpe en la mesa y saldremos convencidos de ir a buscar el partido y la victoria. A morir en el campo», dijo ayer Manolo González.

«El Espanyol tienen calidad y estará en bloque alto durante muchos momentos, pero nosotros también vamos a estar ahí. Debemos ser muy inteligentes y leer los momentos», apuntó Paulo Pezzolano el jueves.

Las espadas entrechocarán este sábado por la tarde en Zorrilla en un duelo de titanes por el ascenso directo.