Es día de tragar saliva en el Real Valladolid
«Es día de contar hasta diez porque si frotas te encuentras con que el entrenador que pudo ser le dio con la pizarra en la cabeza al que finalmente fue... con muy poquito más que orden sobre el campo»
Esta vez la pausa, como el café, tiene que ser doble. Y uno casi diría que tomársela de un trago y sin pensarlo para no ... ir más allá de lo que esconde la tercera derrota del curso, segunda en Zorrilla, en un campeonato tan enmarañado como el que tenemos delante –cinco líderes en diez jornadas, el actual presenta las mismas derrotas que el Pucela con el doble de goles,...–.
Es día de respirar profundo porque si se rasca, la realidad revela que se ha perdido con tres equipos peores, que el plan B –jugar con dos delanteros– es peor que el C y por supuesto que el A, y que a Almada, trago a trago, se le está poniendo cara de Pezzolano –¡19 puntos sumaba ya a estas alturas!–.
Es día de contar hasta diez porque si frotas te encuentras con que el entrenador que pudo ser le dio con la pizarra en la cabeza al que finalmente fue, y estampó su firma en una victoria de autor con muy poquito más que orden sobre el campo. A Borja Jiménez le preguntaron y repreguntaron ayer sobre lo que había cambiado en apenas siete sesiones, y la respuesta no hay que buscarla ni en el sistema ni en el banquillo ni tampoco en el cambio de cromos –tiene los justos para una temporada tan larga como es la Segunda–. La explicación la encontramos en que sus equipos saben lo que deben hacer en cada momento, cuando tienen y cuando no tienen el balón. Y ahí radica la diferencia con el de Almada, que conoce al dedillo lo que debe hacer cuando lo pierde, pero que aún gatea con el balón en los pies, sin saber cómo desempeñarse más allá de hacerlo llegar a una de las dos bandas.
P. D. Reconociendo que el discurso de Almada no es el que más cala de la categoría, sus explicaciones empiezan a perder aceite. Es día de tragar saliva porque si a Trilli se le cambió porque arrastraba molestias del partido anterior, ¿por qué no jugó Koke? Si a Latasa hay que mimarlo porque tiene 24 años, ¿por qué no se mima a Arnu, que tiene 18?
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