Cambios, posiciones y esquemas en este Real Valladolid
«El cambio que mueve dos posiciones es malo por sí mismo, y si cambia el esquema se vuelve perverso»
Siempre he tenido claro, lo aprendí de Julio Lasa, que aquel cambio que mueve dos posiciones es malo per se, y si además conlleva una ... alteración del sistema, se vuelve perverso. ¿Anda, y por qué?, se preguntarán muchos. Y la respuesta nos la ofreció ayer el entrenador del Real Valladolid al efectuar el cambio de Álvaro Pérez 'Trilli'.
Vino a ocurrir que tanto Peter Federico como Biuk se quedaron con la práctica totalidad de la banda para completar una defensa de cinco en la que Tomeo, Torres y Bueno completaban el trío central.
Vista así la perspectiva, nos encontramos con un lateral derecho jugando un muy aceptable partido y que al abandonar el terreno de juego provoca que se pierda la posición de lateral, se muevan dos líneas y cambie el sistema. ¿Hay quién dé más?
Si ya anteriormente con la salida habitual de Meseguer y la sorprendente, con matices, de Chuki, el equipo se había desconfigurado parcialmente, lo cierto es que el nuevo giro de timón de Almada, abrió una vía de agua en el sistema que inundó la bodega del medio campo y mandó el barco al fondo del juego sin posibilidad alguna de poder salir a flote.
«Si el cambio solo debe mover al hombre, los movimientos sísmicos de ayer, con epicentro en banquillo, liquidaron todo el sistema»
Los «matices» de la sustitución de Chuki son explicables, porque el de 'La Vitoria' ni es un '10' demasiado claro ni mucho menos un '9' al uso; Iván 'Chuki' San José es un volante de recorrido iniciando desde atrás, en lugar de estar a la altura del centro delantero completando una figura que en fútbol no existe. Por tanto era una salida obligada... pero de la posición, no del campo. Su simple cambio de posición con Meseguer hubiera arreglado todo.
Es cierto que los entrenadores nos confundimos tanto a la hora de escoger al sustituido como al sustituto, y ante el Sporting algo de esto vino a ocurrir.
Algo, que si vamos más allá en el análisis, tiene su origen en la decisión equivocada de hacer de la partida a quien, de forma inexorable y precisión matemática, vamos a retirar del campo una hora después.
Sin embargo, es claro que en esta ocasión el Real Valladolid, que empezó encajando temprano y por un error posicional, se vino a rehacer y culminó unos veinticinco minutos interesantes en los cuales igualó marcador y superó al Sporting.
Para entonces, salvo el lunar posicional de Chuki, el equipo funcionaba muy aceptablemente por fuera y por dentro, mientras fallaba claramente la opción de remate. Así pues, nada a mover salvo adelantar a Víctor y retrasar a Iván y... ¡ale, a jugar que les estamos superando y podemos con ellos!
«La salida de Chuki era obligada, pero no del campo sino de la posición de segundo '9'»
Lejos de eso, una pérdida de Juric termina en penalti y gol del Sporting, y la debacle del equipo y del banquillo. Esos primeros quince minutos de la reanudación fundieron las ideas y regalaron el partido. Lo que iba para remontada apelando a la calma y el buen juicio, se iba al garete por imprecisiones desde dentro y errores de calado de los de fuera.
Visto lo de este domingo, la suplencia de Trilli me parece injusta y su cambio absurdo; máxime si es para colocar un lateral de tercer central mientras le entregas al último en llegar una banda contaria a su pierna para que defienda y ataque... antes de morir por axfisia e impotencia. Peter Federico, que había hecho cosas más que interesantes en la primera mitad, fue condenado al destajo y la incomprensión para acabar decepcionando y decepcionado.
Algo que si me apuran vino a ocurrir con Biuk; de la asistencia en el gol y varias penetraciones por su banda hasta la línea de fondo con centro atrás, a ser la imagen en espejo de Federico en la otra banda.
Si el cambio solo debe de mover al hombre, esta vez los movimientos sísmicos, con epicentro en banquillo, liquidaron el sistema y mataron al equipo.
Urge reconsiderar el inicio, reafirmarse en el sistema, pensarse los cambios y ser justo con todos y cada uno.
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