Sonia Lalanda se plantea demandar a Vox en los tribunales por su expulsión
La concejala ha afirmado que la política es un servicio público y que debe seguir peleando por estos principios
Sonia Lalanda reconoció este martes que tenía tres opciones en caso de que se llegase a tramitar su expulsión de Vox, partido del que ... es concejala en el Ayuntamiento de Palencia y portavoz. Pasar a la situación de concejal no adscrito, irse a casa o acudir a la justicia. «Voy a estudiar la posibilidad de plantear las medidas cautelares y después la correspondiente demanda en contra de la decisión adoptada por el Comité Ejecutivo Nacional», afirmó, a la vez explicó que solicitar las medidas cautelares significaría pedir una suspensión cautelar para seguir perteneciendo al partido.
Lo que no tiene pensado hacer es irse a casa porque «primero está la obligación y luego la devoción, al menos así me educaron a mí mis padres» y «creo que la política es un servicio público y por lo tanto creo que debo seguir peleando por estos principios».
Lalanda, acompañada de Emilio Polo, concejal de Vox en el Ayuntamiento y expedientado también por el partido durante cuatro años (aunque su expediente no supone expulsión), y por Sandra González, secretaria del grupo municipal, subrayó que «yo no vivo de la política, no he vivido nunca, y creo que eso es importante destacarlo hoy en día, cuando hay tanta gente para la que es su máxima aspiración». También hizo hincapié en que ella abandonó la política en 1995, pero volvió en 2017 para liderar el proyecto de Vox en Palencia «porque vinieron a mi puerta a pedírmelo».
Ha denunciado que el partido «no cuenta con ni un solo órgano de debate, ni un solo órgano encargado de elaborar proyectos, ni un solo órgano al que se presente una denuncia y atiendan lo más mínimo» y ha asegurado que hay una especie de muro y que las instrucciones van de manera vertical, de Madrid a las provincias. Ha recordado cómo han invitado a irse a «grandes referentes de Vox» como Macarena Olona o Iván Espinosa de los Monteros y que su fundador, Alejo Vidal-Quadras, ya ni siquiera es afiliado del partido.
Argumentó que «todo es orden y mando» y que «hay un control absolutamente férreo y vigilante en las redes sociales». Advirtió que el comienzo de su «muerte civil en Vox» comenzó el día que publicó un tuit cuando Iván Espinosa de los Monteros decidió abandonar el escaño y ella pidió al partido a través de la red social que hiciese todo lo posible para que no se fuera. «No les importa el trabajo que desarrollamos, ni los proyectos políticos que hay en las distintas instituciones donde está Vox representado», argumentó y añadió que en los seis años que ha estado en el Ayuntamiento no ha recibido propuesta ni proyecto alguno.
Criticó que recibiesen en 2023 un modelo emitido desde Madrid con las propuestas electorales para cada ayuntamiento. «Me pareció una barbaridad política», admitió, ya que uno de los puntos directamente hablaba de puertos. Hizo hincapié en que no había posibilidad de comunicación a nivel provincial, ya que hasta tenían prohibido hacer grupos de 'whatsapp', siendo a través de la cúpula nacional la única posibilidad de comunicación.
Sobre la situación de Vox Palencia, afirmó que David Hierro Santos la utilizó «absolutamente para ascender porque fue él quien vino a buscarme y me dijo que él quería ser procurador de las Cortes de Castilla y León». Y que la usó para conseguirlo y «pasar del paro a tener unas percepciones anuales superiores a 100.000 euros y desde que consiguió su objetivo, pues yo empecé a suponer ya un peligro», además de subrayar que había conseguido hacer un comité ejecutivo provincial a su medida.
Si finalmente pasa a ser concejal no adscrita, sería la tercera entre los 25 que componen la corporación después de que ella misma expulsara a Ricardo Carrancio de Vox, «por mentirnos y porque además tiene una sentencia condenatoria», y de que Vamos Palencia echara a Domiciano Curiel.
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