Ensayos para reforzar el futuro del campo en Palencia
El Itagra asesora a los agricultores en su apuesta por cultivos como la quinoa, pistachos, avellanos y almendros, que ganan terreno al cereal
Que no tiemble Antonio Machado, que sus campos de Castilla siguen teniendo muy presente el cereal aunque un nuevo futuro se presenta en Palencia. El ... trigo, la cebada y la avena siguen siendo los reyes, pero estos ya saludan, y cada vez en más de una ocasión, a otros cultivos que han llegado para quedarse en la provincia. O eso es lo que busca el Centro Tecnológico Agrario y Agroalimentario (Itagra), que, en colaboración con la Diputación, lidera proyectos de ensayo con otro tipo de plantaciones, entre las que destacan la quinoa y la producción de frutos secos.
Los más de 8.000 kilómetros cuadros de superficie de la provincia se han convertido en una cobaya para investigar qué tendría futuro en los terrenos palentinos. Y ese abanico es muy amplio, aunque todo está en proceso experimental y las conclusiones empezarán a aterrizar en los próximos años. Varios son los expertos que vaticinan que España será en los próximos lustros el desierto de Europa. La sequía cambiará la forma de cultivar y ante esa circunstancia, Palencia pretende estar preparada de la mano del Itagra. De esta forma, el cereal empezará a dejar paso a plantaciones de pistachos, quinoa, adormidera, camelina, avellanos, almendros... Algo impensable hace años, como le sucede al agricultor de Soto de Cerrato Martín Paredes, que destinó en mayo dos hectáreas al cultivo de quinoa. Un pseudo cereal que se ha puesto de moda en muchos platos, pero que el propio agricultor desconocía hace una década su existencia. «Estaba interesado en probar el cultivo de quinoa, así que hablé con el Itagra y me han dado todo tipo de facilidades. Ya había leído que Castilla y León estaba probando, pero desconocía las producciones, por lo que experimenté con dos hectáreas. No tenemos experiencia, pero creo que el cultivo está bonito», afirma Martín Paredes desde su parcela en Soto de Cerrato.
Es habitual ver ya la planta de quinoa en Andalucía, región que ofrece datos optimistas para que se instale en Palencia. Y es que en el sur de la península, este cultivo ha desplazado al algodón al empezar a recoger cerca de 3.000 kilos por hectárea y vendiéndose entre 50 y 70 céntimo de euro el kilo. A eso se agarra Paredes, que a sus 60 años no descarta ampliar su producción. «Dependiendo de los resultados de este año, apostaré por más hectáreas. Lo que nos para es que no sabemos los herbicidas que se pueden utilizar. La idea es progresar poco a poco», detalla del agricultor de Soto.
Entre las ventajas del cultivo de quinoa, está la rapidez con la que crece la planta. Para evitar las heladas, la semilla se siembra en mayo (Martín tuvo que resembrar a finales de mayo tras las bajas temperaturas nocturnas por San Isidro) y entre 90 y 120 días después, a finales de septiembre, ya conocerá su cosecha de quinoa. Al ser una producción ecológica, Paredes no ha empleado ningún elemento químico. «De momento he tenido suerte, pero nos echa un poco para atrás qué herbicidas utilizar en caso de ser necesarios. Me imagino que ya esté estudiado, porque en Andalucía ya están logrando resultados. Allí es rentable», concluye el agricultor palentino.
Más asentado está el cultivo del pistacho, que en la provincia ya cuenta con más de 100 hectáreas. De hecho, la de Perales, fue la primera en Castilla y León de la que se sacaron resultados positivos para que más valientes apostaran por la siembra del denominado 'oro verde'. «El cultivo de pistacho no es sencillo. La gente siembra cereal y la diferencia entre hacerlo bien o mal son unos pocos kilos. En el pistacho es fácil hacer algo mal que te haga perder la producción. Luego puedes hacerlo muy bien y una helada tardía te podría castigar. En condiciones óptimas sí que produce muchos kilos, pero hay muchos riesgos de perder la cosecha. Aunque el precio sea muy alto, no todas las hectáreas de Castilla y León son muy rentables. Se requieren profesionales, por lo que si alguien planta pistachos y no tiene relación con el campo, lo normal es que no tenga un desarrollo del cultivo. El oro verde no es tan cierto», apunta el técnico del Itagra, José Manuel Miguel.
Los cuidados del pistacho obligan al agricultor a derrochar conocimientos. No vale con sembrar y esperar a que la naturaleza haga el resto. Hay que saber muy bien la elección de siembra, ya que este árbol es sensible y requiere un estudio previo de clima, suelo, humedades y problemas de hongos, uno de sus enemigos. Igual que el corzo, que durante el desmogue, roza sus nuevos cuernos con la corteza del árbol, elevando el riesgo de que se sequen al quitar la corteza. «Se supone que la altura límite para plantar pistachos estaría sobre la mitad de la provincia, aunque hay alguna plantación por encima y el frío es peligroso. En Palencia, la zona más indicada es el Cerrato por los páramos», afirma Miguel sobre un cultivo que cuenta con 100 hectáreas en la provincia y más de 2.000 en Castilla y León.
El almendro también ha empezado a aflorar en Palencia, aunque hay muy pocas plantaciones. La técnica es similar a la del viñedo en la denominada superintensiva y ya se ven terrenos de este árbol en municipios como Calzada de los Molinos. «En Castilla y León empieza a ser más normal ver el almendro. Las condiciones del cultivo son particulares y hay mucho riesgo con las heladas», apunta el técnico del Itagra, que lanza un mensaje similar con los avellanos y su fruto, en alza en el mercado gracias a empresas como Ferrero Rocher. «Sus plantaciones empezarán a crecer en la provincia. Es verdad que en la Montaña Palentina vemos muchos avellanos, pero no nos tenemos que confundir. No es lo mismo un árbol silvestre que otro para producir el fruto», continúa.
Todos estas plantaciones están bajo el control diario del Itagra gracias a unos terrenos de la Diputación, que busca ofrecer a los agricultores palentinos los conocimientos para que el cereal, el rey de los campos de Castilla, ceda un poco de protagonismo a otros productos. El futuro se ha empezado a construir en estos campos de ensayo y lo que ahora es testimonial será el pan de los futuros agricultores.
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