El Cristo del Otero y el Redentor de Río: dos hermanos separados por un océano

El Plan Director de los Cerros del Otero y de San Juanillo, en su anexo número 7 ya planteaba la opción del hermanamiento entre el Cristo palentino y el Redentor de Río de Janeiro. «El hermanamiento de las ciudades de Río de Janeiro y Palencia, y del Cristo Redentor y del Cristo del Otero, consiste en un emparejamiento que pretende fomentar el contacto humano y los enlaces culturales entre ambos monumentos y ciudades. Sus características parecidas se basan en la relación entre las esculturas del Cristo y la ciudad, en su simultáneo año de fundación (Palencia, 12 de junio de 1931, y Río de Janeiro, 12 de octubre de 1931). Además, no solo se hermanan los cristos, sino también las ciudades, y al mismo tiempo el pueblo español y brasileño».

Era un primer esbozo de una idea que poco tiempo después se plasmó con la firma de un protocolo oficial de hermanamiento de ambos cristos suscrito por los representantes de España en el Consulado de Río de Janeiro y por el rector del santuario carioca que gestiona y conserva el monumento brasileño.

Esta firma se produjo el 12 de mayo de 2022, con un acto protocolario que se celebró a los pies de la imagen del Redentor. El cónsul español en Río, Luis Prados, firmó el acuerdo en nombre del Ayuntamiento de Palencia, junto al padre Omar Raposo, rector del santuario del Cristo Redentor, con el compromiso de que ambas entidades trabajen de forma coordinada para compartir conocimientos y buenas prácticas relacionadas con el mantenimiento, la conservación y la promoción de las dos magnas esculturas.

Mientras, en Palencia, la entonces concejala de Cultura, Fiestas y Turismo, Laura Lombraña, destacaba la importancia de este acuerdo para la difusión de la imagen del Cristo del Otero en el mundo, ya que se va promocionar en el santuario del Redentor, que es uno de los monumentos más visitados internacionalmente. Por su parte, el primer teniente de alcalde en aquel momento, Alfonso Polanco, explicaba que la capital palentina puede beneficiarse del modelo de gestión del turismo que se impulsa desde el santuario del Cristo Redentor, para lo que este centro cultural y religioso debía remitir al Ayuntamiento de Palencia toda la comunicación relativa a sus planes de promoción, su modelo de recepción de visitantes, así como el diseño de las infraestructuras que se han habilitado en torno al Redentor del Corcovado, con el fin de que aquellas prácticas e iniciativas que puedan importarse se incorporen a la planificación estratégica del Plan de Turismo del Ayuntamiento de Palencia.

Fundamentalmente, el hecho de que ambas imágenes de Jesús se hayan convertido en símbolos indiscutidos de sus respectivas ciudades, además de la coetaneidad, puesto que ambas esculturas fueron encargadas a sus autores en los últimos años de la década de los veinte del pasado siglo, fueron sufragadas mediante cuestaciones populares y se inauguraron finalmente el mismo año, en 1931.

Aunque, por supuesto, hay diferencias, el Cristo Redentor de Río de Janeiro alcanza los 30 metros de altura, frente a los 21 de la figura del Otero.

La imagen brasileña se levanta sobre un pedestal de ocho metros, en la cima del pico Corcovado, de 704 metros de altitud, que proporciona unas espectaculares vistas sobre la ciudad de Río de Janeiro. Mientras, la cima del cerro del Otero sobre la que se levanta el Cristo palentino, se encuentra a 850 metros de altitud sobre el nivel del mar, aunque el cerro en sí mismo, tiene una altura de unos 70 metros de desnivel, los suficientes para que también permita ofrecer unas vistas muy destacadas de la capital palentina y los campos de cultivo que la rodean.

Sin embargo, mientras que en la obra de Victorio Macho priman rasgos de estilos como el cubismo o el expresionismo, el Redentor es un claro ejemplo del estilo art-decó. El monumento fue construido en parte Francia mediante una colaboración entre los brasileños Heitor da Silva Costa y Carlos Oswald, los franceses Paul Landowski y Albert Caquot y el rumano Gheorghe Leonida. Posteriormente, las piezas se trasladaron a Brasil para su colocación definitiva sobre el pico Corcovado. Fue inaugurado el 12 de octubre de 1931.

Mientras la escultura palentina tuvo que ser bendecida de forma casi clandestina unos meses antes, también el día 12, pero de junio (festividad del Sagrado Corazón), debido a la corriente anticlarical que asolaba España durante la Segunda República.

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