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El Real de la Feria en el barrio de La Rubia. Archivo Municipal
El espigón de Recoletos

Las Ferias, tal y como las recuerdo

«El Real de la Feria, con sus descampados y aparcamientos jalonados de atracciones, quedó imborrable porque vimos aquellas figuras en La Rubia o en el paseo Central del Campo Grande»

David Felipe Arranz

Valladolid

Domingo, 14 de septiembre 2025, 08:18

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Es extraño cómo se afirman los trozos de feria en nuestros recuerdos. El Real de la Feria, con sus descampados y aparcamientos jalonados de atracciones, ... quedó imborrable porque vimos aquellas figuras en La Rubia o en el paseo Central del Campo Grande, el desfile de las carrozas –que palabra tan hermosa– y el Tío Tragaldabas, creado por González Pintado, que engullía niños como si fuesen pasteles en un rito iniciático: una forma de afrontar el miedo al mundo de los mayores y al mismo tiempo mitigarlo. Los vendimiadores de la caseta del vino parecían haberse escapado de la escena final de La dama de Shanghái de Orson Welles y los monstruos del pasaje del terror, con su tren de los escobazos, habían llegado directamente de la Universal, en Hollywood. Visitar esos parajes de algodón de azúcar y manzana caramelizada, sus patitos de goma en improvisado estanque o los indios de Comansi para derribar con una escopeta de balines, era como si se entreabriese el País de las Maravillas, entrañado por gigantones y cabezudos –el moro, la mora, el chino o los Reyes Católicos–, el aroma acre a calamares fritos o la cámara de fotos con payasito burlón y precipitante que llevábamos colgada del pecho.

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