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No va más. Después de las once de la noche de este viernes ya no habrá margen. Todo lo que se haya hecho o dejado ... de hacer durante la temporada ya no tiene vuelta atrás. Da igual si perdiste con Morón o con Cantabria. Si ganaste a Palencia y Alicante. Osi dejaste escapar la victoria con el Tizona. Incluso, en el caso de Menorca, no importan las seis derrotas encadenadas con las que llega a Valladolid. La permanencia en la categoría se juega en 40 minutos. Ni uno menos,... y esperemos que ni uno más, porque eso significaría que la agonía que va a recorrer las gradas de Pisuerga se estiraría más allá de lo esperado. No sería buena señal.
Lo apretado del partido de ida (65-67), dentro de lo caótico de una temporada para olvidar pase lo que pase este viernes, constriñen hasta el extremo esta última jornada, y la convierten en un cara a cara entre UEMC y Menorca con la guillotina del descenso como castigo. No hay terceros por medio. Los supuestos son meridiniamente claros, y podría decirse que conceden un 51%, y por lo tanto un mínimo favoritismo a los locales, por el hecho de ejercer de anfitrión y por lograr también la permanencia en caso de perder por un solo punto. Caprichos del destino, el equipo entonces dirigido por Lolo Encinas fue perdiendo por dieciséis puntos en la ida (45-29, tercer cuarto), y acabó llevándose la victoria por 65-67, lo que le permite ahora un estrecho margen para alcanzar el objetivo.
Aquello fue en el mes de noviembre, y pese a que la fisionomía de ambos equipos ha variado sensiblemente, no se espera un guion muy diferente a aquel. Un partido cerrado, con pocos puntos y muchas menos alegrías, en el que los pequeños detalles puntuarán el doble.
Se salva... Si gana
Si pierde... Por un punto
Si pierde... Por dos puntos, siempre que Menorca anote menos de 67 puntos. Por ejemplo, un 64-66 salva al UEMC.
Desciende... Si pierde por más de dos puntos en cuanto Menorca anote 67 o más puntos
Desciende... Si pierde 65-67 (el resultado de la ida). Se acudiría a la mayor diferencia de tantos a favor y en contra en el cómputo global, y en ese supuesto también sale perdedor el UEMC (-239 para el UEMC, y -158 para Menorca).
«Creemos que en un partido tan cerrado, a pocos puntos, quizás nos pueda costar más. Nosotros queremos jugar a más puntos que esos 60, pero con disciplina. No queremos una locura sin ningún tipo de control. Nosotros tenemos un planteamiento más agresivo, más físico, pero no dentro de una locura y sí con un orden y una disciplina», analiza Alejandro Paniagua, que vivirá en primera persona el partido más trascendente de su carrera como máximo responsable en elbanquillo. «Es el más transcendente porque no hay un mañana después de este partido. Yo personalmente confío en el trabajo que venimos haciendo el staff técnico y en el trabajo que hemos hecho durante los entrenamientos con los chicos y en ese sentido estoy tranquilo. Luego las cosas saldrán o no, pero lo hemos dado todo. En ese sentido tenemos la tranquilidad de haber hecho lo que estaba en nuestra mano».
Alejandro Paniagua
Técnico del UEMC
Paniagua, a la sombra en los últimos años de diferentes entrenadores, prefiere no pensar en qué soluciones encontrarían esos técnicos en un partido definitivo como éste. «He tenido la suerte de trabajar con Paco [García], de Hugo López, de Roberto González, de Iñaki Martín, de Lolo Encinas, he trabajado mucho con Steph Dumas, con David Enciso… he aprendido mucho de ellos, pero creo que el mayor error es pretender ser alguien que no eres. Yo he aprendido mucho de ellos y pienso en cómo ellos harían las cosas, pero yo no soy ellos», admite el actual preparador del UEMC, consciente de que el escenario empuja a pensar en un partido más emocional que táctico. «Normalmente durante la temporada el componente táctico tiene una carga de mayor volumen, o de mayor peso que el emocional. Pero el hecho de que sea el último partido, y no haya un mañana, hace que el componente emocional cobre más importancia. Entonces, sí que hemos trabajado más de lo normal en ese componente emocional que creo que va a ser clave», señala.
Y en ese control de lo emocional juega su papel el teórico favoritismo que otorga la condición de local. «Si no eres capaz de gestionar tus emociones adecuadamente, puede jugar en nuestra contra en cierto momento. Pero nosotros consideramos que el jugar aquí, con nuestra gente, en una cancha, repito, con la grada llena, tiene que ser algo completamente favorable», sostiene.
En este sentido, Paniagua no tiene dudas cuando se le pregunta si hubiera preferido jugar este partido lejos de Pisuerga a la vista de la estadística de esta temporada –5 victorias como local de los 16 partidos jugados–. «Llegados a esta situación, personalmente prefiero jugarlo aquí, en casa con mi gente», señala, rotundo, convencido de que el factor público jugará un papel decisivo.
«No le podemos pedir a la gente más de lo que ya nos da. O sea, estamos hablando de que estamos en la peor temporada del club en Primera FEB. Y para el último partido tenemos el pabellón lleno. Eso, para mí, el mensaje es que la gente, incluso en los malos momentos, quiere apoyar el deporte local. Y eso es un mensaje para el equipo y es un mensaje para los clubes. La gente está ahí. Y cuando la cosa se apriete y el partido vaya mal, la gente responderá adecuadamente. Estoy seguro. Yo no les pido nada. Yo solo les agradezco por su apoyo», añade.
Enfrente estará un equipo, también con dos caras, que hasta la jornada 25ª estaba metido de lleno en la pelea por entrar en el 'play-off' por el ascenso. Hablamos de mediados de marzo cuando el equipo balear ya había firmado nueve victorias –hoy tiene diez–, y todavía no había caído en depresión. «Nosotros hemos preparado el partido con la suma de esas dos caras, y como si fuéramos a jugar contra el mejor Menorca posible, que creo que es la manera correcta. Pero es verdad que al final la dinámica puede pesar un poco», reconoce Paniagua, en referencia a las seis derrotas que ha encadenado Menorca.
Alejandro Paniagua
Técnico del UEMC
Un rival que trampea bien los partidos para esconder sus puntos débiles. «Tienen un entrenador, Javi Zamora, que juega muy bien con ciertos cambios tácticos, pequeñas trampas que él plantea con las que consigue llevarse a los jugadores a su terreno», analiza el técnico del UEMC, que destaca la dirección de Pol Figueras y la contundencia del tándem Lukovic-Arteaga en el juego interior.
«Creo que tienen un muy buen anotador como es Jalen Cone, un juego interior con dos jugadores que son muy importantes como Lukovic y Arteaga. Y luego otros dos que les dan mucho dinamismo a la vez que puntos, como son Pol Figueras e Ivanov. A partir de ahí, ellos juegan a controlar mucho el ritmo de partido, te dificultan mucho a nivel ofensivo porque juegan con cambios de defensa y ciertos trucos que esperamos ser capaces de reconocer y resolver», concluye.
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