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Nuevo varapalo para el Chocolates Trapa
El equipo de Joaquín Prado pierde en casa ante el Manresa y suma su cuarta derrota consecutiva en un inicio de temporada para olvidar
El baloncesto del bueno, ese que te deja sin respiración durante los segundos que dura la jugada, que te obliga -aunque no quieras- a chillar y a saltar del asiento en determinados momentos y que convierte la tarde en una montaña rusa de sensaciones con alegrías y tristezas continuas, ese mismo fue el que se dio ayer en Villamuriel. La lástima fue que el Chocolates Trapa Palencia no pudo celebrar el espectáculo con un triunfo, tras un último minuto desastroso tanto en defensa como en ataque. Así, los de Prado siguen sin saber lo que es ganar en esta temporada y continúan acumulando derrotas y perdiendo confianza bajo la canasta.
El Adolfo Nicolás abría de nuevo sus puertas al equipo palentino que, sobre un parqué de ACB, el suelo cedido por el Ayuntamiento de Íscar perteneció al Estudiantes, recibía a un recién descendido de la máxima categoría del baloncesto nacional, el ICL Manresa, sin Dartaye Ruffin, que tuvo que ver el partido desde el banquillo y con el chándal puesto por enfermedad.
Los de Joaquín Prado afrontaban el choque de ayer como una final, después de haber jugado las tres primeras jornadas a domicilio y no haber cosechado ni una sola victoria. Era el primer partido oficial ante su afición, su gente, que aunque no llenó el pabellón se hizo notar desde el primer minuto. El público palentino se puso la camiseta de sexto jugador, se calzó las zapatillas deportivas y dio todo su aliento a sus jugadores. Ese plus, ese empujón de la afición, se notó a lo largo de los cuarenta minutos de juego, pero no fue suficiente para empujar a los morados al primer triunfo.
El capitán del conjunto palentino, Urko Otegui, anotaba la primera canasta del encuentro e inauguraba el marcador. Pronto empataron los catalanes, que no estaban dispuestos a ceder ni un solo punto en su visita. Los de Durán querían sumar la tercera victoria de la temporada, con el objetivo de retornar a la ACB el próximo año. Rápidamente se ponían manos a la obra y lideraban el marcador, hasta que un parcial de 7-0 para los palentinos les ponía por delante en el luminoso, hasta que las tablas reinaban en el resultado a ocho segundos del final (21-21). Un muy seguro Garrido conducía el balón por toda la pista para acertar con una bandeja sobre el pitido final (23-21).
Buenas sensaciones y buen juego, sobre todo en defensa, de los de Prado. Seguía el mano a mano entre el Chocolates Trapa y el Manresa, sin que ninguno de los dos lograse irse en el marcador. El equipo catalán buscaba el tiro de tres, evitando penetrar en la contundente defensa morada. A pesar de varios ataques locales errados, los palentinos siempre estuvieron por delante en el marcador y se llegó al descanso con 44-42.
Que las segundas partes nunca fueron buenas es algo que bien sabe el equipo morado, que ha perdido los tres encuentros anteriores en las segundas mitades. Con esa falta de confianza en los últimos veinte minutos arrancó el peor cuarto morado, donde Lamont Barnes mantuvo a sus compañeros en el partido con los rebotes ofensivos, hasta que el árbitro señaló la cuarta falta al pívot estadounidense que tuvo que irse al banquillo en sus mejores minutos. Urko Otegui se había sentado segundos antes con tres faltas.
A pesar del demoledor inicio rival -un parcial de 2-10 para los catalanes-, los de Prado se mantuvieron en el partido y aguantaron la estocada rival. Toledo empataba el encuentro con un triple (53-53) en el momento más necesario, pero la falta de acierto en ataque condenaba a los palentinos a una nueva remontada. El público se sumó al carro de la garra y la entrega, y comenzó a corear el archiconocido ‘Vamos mi Palencia, vamos campeón’. Ahora sí, estaban jugando en casa.
Ataques mortales
Las jugadas ensayadas en ataque de los catalanes estaban haciendo mucho daño a los morados, que echaban en falta la labor defensiva de Lamont, castigado en el banco. Pressley volvía a poner tablas en el marcador (58-58) a falta de dos minutos para el final del tercer cuarto. Con una última ocasión local errada por Urko Otegui, muy presionado bajo el aro, y sin acierto rival gracias a la sólida defensa de los segundos finales, se llegaba a la última manga con toda la carne en el asador, (62-63). Los palentinos habían logrado mantenerse en el partido a pesar de los malos momentos tanto en ataque como en defensa.
Cuando solo habían transcurrido dos minutos de juego y con el marcador 64-65, señalaban a Urko la cuarta falta del partido y abandonaba la cancha rumbo al banquillo. El conjunto palentino estaba lastrado por las faltas ante un rival que era experto en provocarlas. Los fallos se sucedían mientras el tiempo corría en contra de los locales. Cvetinovic se ponía la capa roja de Superman y anotaba el triple del empate en el momento más crudo de los de Prado.
Los palentinos se venían arriba y Grimau hacía una canasta de dos para poner nerviosos a los contrarios, que veían cómo su contrincante, ese que no reaccionaba en las segundas partes, cogía la batuta del partido. Pero ahí seguía trabajando Jordi Trias, jugador de ACB e internacional con la selección absoluta, era la peor pesadilla de los locales y el gran peligro de los visitantes. Con gran acierto bajo el aro, sorteaba a los defensas sin demasiadas dificultades y mantenía a los suyos en el final de partido no apto para cardiacos. Con veinte en su haber y 37 puntos de valoración, fue sin duda alguna el mejor jugador del choque.
Volvía la desconfianza al perder un balón cuando faltaban tres minutos y el luminoso señalaba empate a 72. Otra vez Trias, haciendo una posible falta a Urko, anotaba y daba alas a los catalanes, a falta de un minuto para el final. La sombra de la derrota volvía a planear sobre el parqué de Villamuriel. Tres ataques fallados morados y dos malas decisiones bajo el aro, con pérdida de balón incluido, pusieron la victoria a los visitantes en bandeja (72-76). Cuarta derrota consecutiva que hunde a los de Prado en la tabla -penúltimos-
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