Las trufas de chocolate de Ismael y Jimena
Reposteros por un día ·
Los dos hermanos, de 11 y 7 años, elaboran por primera vez este dulce que habitualmente compran en la pasteleríaLes vuelven locos las trufas de chocolate. Uno de los postres preferidos de pequeños y mayores, aunque esta vez será diferente para ellos. Por primera vez, Jimena e Ismael del Cura San Martín no irán a su pastelería favorita a comprar estas pequeñas bolitas de chocolate, sino que las harán ellos mismos en casa con la ayuda de su madre, Rebeca. Estos hermanos de Aranda de Duero, a sus 11 y 7 años, ya han hecho sus pinitos en la repostería. Bizcochos de yogur, tartas, quesadas, y ahora se van a estrenar en el arte de las trufas, un dulce compuesto en su mayoría por chocolate.
Se dice que las trufas surgieron allá por el año 1895 en Francia, cuando un repostero no daba abasto para dar respuesta a sus clientes en los días más ajetreados. Para hacer algo rápido apostó por elaborar estas deliciosas bolitas, que han terminado siendo famosas y una de las joyas más demandadas de los golosos paladares.

Ismael y Jimena tienen ya preparado encima de la mesa de la cocina todo lo imprescindible para elaborar sus primeras trufas. «Necesitamos chocolate blanco y chocolate con leche, también leche condensada, mantequilla y fideos de chocolate o cacao en polvo», explica la mayor de los hermanos, mientras comprueba que todo está bien.
Ahora llega el mejor momento, el de ponerse manos a la obra en la cocina. El primero de los pasos consistirá en partir en trozos el chocolate para derretirlo al baño maría. «Hay que ir dándolo vueltas hasta que se vaya derritiendo», advierte Ismael mientras gira con garbo la cuchara para conseguir el resultado perfecto. Una vez derretido, llega el momento de añadir las mantequilla y la leche condensada, «mezclándolo todo bien para que quede una masa consistente y uniforme», añade la madre de los pequeños cocineros, mientras supervisa las labores que realizan sus hijos.
El resultado es una crema que se deposita en un bol y se deja enfriar durante horas en el frigorífico. «Lo mejor es dejarlo toda la noche para que quede bien», deciden Jimena e Ismael. Al día siguiente, la primera de las labores consistirá en retirar la mezcla del frigorífico y dejarla a temperatura ambiente unos diez minutos. Cuando concluya ese tiempo de espera, llegará el momento de amasar las bolitas y rebozarlas en fideos de chocolate. También se puede espolvorear con otros ingredientes como cacao en polvo, eso siempre a gusto del consumidor.
El trabajo ha terminado. Ahora solo queda servir las trufas frías y, lo más importante de todo, disfrutar de ellas.
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