Tradición castellana en el valle del Esgueva
Un menú para chuparse los dedos con lechazo guisado con setas, rabo de toro al vino tinto Ribera del Duero, garbanzos con callos, morro, alubias, lentejas y escabechados
Andrea d. sanromá
Sábado, 7 de diciembre 2019, 08:36
La idea surgió como autoempleo y porque teníamos ganas de dar al pueblo algo diferente. Era el año 2010 cuando las hermanas Santamaría, Sonia, Virginia, ... Nuria y Estela decidieron en una tarde de reunión familiar que pondrían en marcha un restaurante en su pueblo natal, Torresandino.
El nombre lo tuvieron claro desde el principio, Los Nogales. «Mi padre es ebanista y es nuestra madera favorita», explica Sonia. Y el sello familiar se nota al cruzar la puerta con mobiliario de madera, tallas y vigas en el techo. De la llamativa fachada es responsable la piedra natural de Caleruega y en el interior del establecimiento, del buen hacer en los fogones, Sonia. Supo desde el primer momento que lo suyo sería la cocina. «Siempre se me ha dado bien. Me enseñaron mi madre y mi abuela, así que no lo dudé», señala.
Ubicado al sur de la provincia burgalesa, a escasos quince kilómetros de Roa, la principal actividad económica de la zona es la agricultura, y presumen de ser el pueblo más grande de Burgos en extensión.«Nuestros clientes son viajantes que van por la zona: camioneros, obreros de construcción... Por eso es fundamental que haya trabajo en el medio rural», indica.
El menú que ofrecen de lunes a sábado tiene como base la cocina tradicional, «casera, sabrosa y que te de fuerzas para aguantar el día».
Cabe destacar el lechazo guisado con setas, rabo de toro al vino tinto Ribera del Duero, los garbanzos con callos, el morro, las alubias, las lentejas, escabechados –son marca de la casa– y cualquier tipo de guiso. «En definitiva, cocina tradicional castellana», define la cocinera de Los Nogales, quien ha buscado además diversificar el negocio, gracias a la venta online.
En este sentido, explica «si los clientes no llegan por un lado, habrá que buscarlos también por otro». Así que otras especialidades, como el pichón en compota a los tres vinos, el guiso de pollo de corral, codornices en vinagreta de módena o callos morros a la castellana, son sólo algunas de las sugerencias de Los Nogales.
También organizan menús ajustados a presupuesto previa reserva, porque «estamos como en el medio de la nada». Cumplen su noveno año en un municipio que como muchos otros de la comunidad ha visto su población descender y envejecer. «Aquí el 60% del pueblo tiene más de 80 años y viviendo no seremos más de doscientas personas».
Por este motivo, para las hermanas Santamaría apostar por la hostelería, por la cocina casera y «de toda la vida», es un esfuerzo del que «a día de hoy y, a pesar de los momentos difíciles, estamos muy orgullosos», subrayam de forma conjunta.
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