Dulces propuestas para San Valentín

Hay propuestas para todos los gustos, desayunos, comidas, meriendas y cenas a la carta que se organizan en el propio establecimiento o que se encargan a domicilio. Una maquinaria comercial que convive con la sentimental en la sociedad del consumismo.

Y en este día dos ingredientes no faltan en la mayoría de las sugerencias, el chocolate y las fresas son un clásico que no pasan de moda. Por separado o juntos son una combinación que funciona en las siguientes recetas

La tarta de queso mascarpone está deliciosa. Es fácil de elaborarla solamente hay que batir en un cuenco los huevos con azúcar hasta que doble su volumen. Luego se añade aceite y esencia de vainilla mientras se mezclan todos los ingredientes. Por otro lado, se mezcla la harina con almendras, levadura, cacao y una pizca de sal. Después se unen las dos mezclas y se integran los ingredientes con la ayuda de una lengüeta y se hornea durante doce minutos. Para el relleno se mezcla bien queso mascarpone, el yogur, el azúcar, cacao en polvo y la esencia de vainilla. Se cubre y se deja enfriando en la nevera. Mientras al baño María o en el microondas se funde el chocolate para la cobertura de la tarta. Cuando el pastel esté hecho y enfriado se abre por la mitad y se rellena con la crema, después se pone la parte superior del bizcocho y se cubre con chocolate. Luego se deja enfriando en la nevera.

Sí, unas natillas también pueden transformarse en un original postre para San Valentín y si además son de chocolate, mejor que mejor. Primero se baten unas fresas y se reservan otras para la decoración. En un bol con la ayuda de unas varillas se baten las yemas de los huevos mientras se agrega parte de leche, azúcar y el resto de la leche y también un poco de chocolate fundido. A fuego suave, se cocina mientras se añade una cucharada de maicena y se sigue removiendo. En el momento en el que vaya a hervir se incorpora el batido de fresas inicial, se mezcla bien y se deja enfriar en un bol. A continuación, se divide en unidades y de nuevo al frigo. Antes de servir rallar por encima chocolate negro y decorar con unas fresas.

Y no falta por su puesto, una estupenda tarta o pastel de queso con fresas. Se puede utilizar un molde con forma de corazón o jugar con la decoración y las fresas. La base se elabora con los ingredientes habituales, se mezclan en un bol los ingredientes, el queso crema, la nata, un par de huevos, azúcar y harina. La mezcla se vierte en un molde que previamente habremos untado con un poco de mantequilla para evitar que se pegue el pastel y se hornea durante casi una hora a 180 grados. Después se deja enfriar para desmoldar y se guarda en la nevera. Por otro lado, para la decoración se caramelizan unas fresas cortadas en rodajas en una sartén con un poco de azúcar y se decora el tarta antes de servir.