Páginas para chuparse los dedos
Con motivo hoy de la celebración del Día del Libro, rescatamos varias recomendaciones en las que el estómago es la fuente de inspiración de distintos géneros literarios
Al igual que sucede con la despensa mediterránea, la alacena de libros que se cocinan con el mundo de la gastronomía como ingrediente principal ... está bien surtido. Y no hablamos de recetarios del tipo: Cómo cocinar y no morir en el intento; o, Cocinar es necesario pero poder comer lo que se cocina es vital (títulos imaginarios)... No, no nos referimos a este tipo de almanaques. Hablamos de textos que cuentan historias que abarcan la especiera de estilos literarios y que en estos días de confinamiento en casa y coincidiendo hoy con la celebración del Día del Libro, pueden ser una buena sugerencia para pasar bien el tiempo.
En cuanto a los autores que se incursionan en esta particular cocinaencontramos a auténticos `estrellas Michelin´ de las letras (permítanme el símil), como el Premio Nobel de Literatura 2012, el chino Mo Yan, que nos sirve `La República del vino´, donde el autor satiriza sobre el poder y la burocracia de su país aprovechando una curiosa investigación sobre canibalismo.
Entre esos `chefs´ literarios que aderezan alguna de sus obras con la cocina encontramos a otro gran maestro de la novela como es Manuel Vázquez Montalbán, con su libro `Contra los gourmets´. Montalbán utiliza aceite bien caliente -pero del que se utilizaba en la Edad Media para repeler asedios- para cocinar una novela-ensayo sobre su visión de la gastronomía 'esnob'.
Más lejos que Montalbán llega -en el título- Yanet Acosta con `El Chef ha muerto´. Esta periodista, experta en gastronomía, nos introduce en los restaurantes más selectos mientras los protagonistas resuelven el asesinato del chef más famoso del mundo.
Noticia Relacionada
Cine de cinco tenedores
De paladares finos va `El club de los gourmets´, de Junichiro Tanizaki, en el que un grupo sibaritas comparten pasión por la comida japonesa y, cuando creen que lo han probado todo, uno de ellos hace un sorprendente descubrimiento en su vagar por Tokio.
Para iniciados en el tema, `Calor´, de Bill Buford, es un ejemplo periodismo gonzo en el que se analiza el éxito de Mario Batali, una celebridad de las cocinas. Más vida y obras de cocineros en `Secretos de alcoba de los grandes Chefs´, de Irvine Welsh, autor de otra obra monumental como es `Traispotting´.
`Como agua para chocolate´ es otro título imprescindible de estos fogones. Un clásico, de Laura Esquivel, ambientado en la Revolución Mexicana. Una historia de un amor que pudo ser pero no fue, y cuya protagonista tiene el don de transmitir sus sentimientos por medio de sus platos.
De similar hornada, tierna, es `Amigas entre fogones´, de Kate Jacobs. La sonrisa se nos dibujará en el rostro mientras seguimos las peripecias culinarias y personales de las protagonistas.
La sonrisa se convierte en risa en `Fabada a muerte en Cocina Fusión´, de Falsarius Chef, un cocinero con un sentido del humor muy personal que plasma en esta `gastronovela´.
Y al igual que hay escritores que se incursionan en las cocinas, hay cocineros que recorren el camino inverso, como Xavier Gutiérrez con `El aroma del crimen´, una novela negra de quien formó parte el equipo del Restaurante Arzak.
La mafia no podía faltar de este festín. Cuántos `negocios´ no se habrán cerrado en torno a una buena mesa. Con `La mafia se sienta a la mesa´, Jacques Kermoal y Martine Bartolomei describen comidas y festines que por ser históricos, o legendarios, ocupan un lugar de `honor´ en la gastronomía de `la famiglia´.
Otros artículos de la serie
De esa gran despensa gastroliteraria forma parte `Delizia´, de John Dickie, libro riguroso y desmontador de purismos gastronómicos, como forman parte títulos como `Big Brother´ (Lionel Shriver); `Pan de limón con semillas de amapola´ (Cristina Campos); `Unas gotas de aceite´ (Simonetta Agnello); `Tarta de almendras con amor´ (Ángela Vallvey)… Sabrosos y apetecibles libros a los que hincar el diente. Devorar sus páginas con gula o picar entre horas sin temor a la protagonista de una novela de terror si de solazarnos gastronómicamente hablamos: la báscula.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión