Platos históricos con productos de temporada

Su cabezonería y empeño le han permitido cumplir sus sueño y dedicarse a una vocación que descubrió a los dieciséis años cuando enviudó su madre y comenzó a trabajar en la hostelería. «No es un trabajo que me guste sino que me apasiona. Siempre he vivido por y para ello. Mi sueño era poder tener mi propio negocio», explica. Y lo ha conseguido. En el municipio palentino de Torquemada abrió las puertas del Hostal Catalina de Austria en diciembre de 2009 y una década después, Marisa de los Mozos tiene claro que «un virus no va a acabar conmigo. Siempre hay que mirar para delante y buscar lo positivo». La permanencia en la fase 1 del municipio obliga a esperar para poder abrir los salones del restaurante. Recuerda que sus comienzos no fueron fáciles «las obras tardaron más de lo esperado y la crisis económica comenzaba a asomarse».

Autodidacta en los fogones su interés por la gastronomía, la cocina y la historia le han llevado a desarrollar un estilo muy personal en cada uno de los platos que presenta. Reconoce que sus gustos culinarios son sencillos, «me encanta el pimiento de Torquemada y no es porque esté aquí. Ese pimiento con unos huevos fritos - suspira- no hay más que decir». Apuesta por la cocina tradicional de la abuela pero «aligerando las salsas» y por el producto de kilómetro cero. Así que promueve la compra local de la materia prima en el entorno como el lechazo de Fuentes de Valdepero, los quesos de Baltanás, los vinos de Torquemada y «las carnes y la huerta del carnicero y productores del pueblo», apunta.

En esa búsqueda por mantener la personalidad del establecimiento Marisa se apoya en la historia donde encuentra suficientes recursos gastronómicos para aplicar a su cocina. «A veces me lío la manta a la cabeza cuando se trata de sorprender al comensal», indica. En este sentido, se refiere a la organización de las Jornadas Renacentistas en honor a Catalina de Austria que cumplirán diez años el próximo 2021. Una cita para la que comienza a prepararse en el mes de agosto «este año es atípico así que ya veremos como avanza», aclara. Apasionada de Catalina de Austria explica que organizar banquetes como los que tenían lugar en aquella época, «es todo un reto pero me divierte».

Desde que comenzase la pandemia y el confinamiento obligara al cierre de establecimientos y a permanecer en casa para evitar el contagio y propagación del coronavirus, Marisa no ha parado de trabajar. Ha aprovechado para dotar de contenido sus redes sociales con propuestas de recetas y vídeos pero sobre todo «leer muchos libros sobre gastronomía e historia». Con los primeros indicios de mejora, apostaron por el servicio a domicilio. «Estuve varios años trabajando en este sector. Así que el funcionamiento no me era desconocido», explica. Ahora, aunque Torquemada se mantiene, de momento, en la fase 1, la propietaria del Hostal Catalina de Austria sueña con «poder ir recuperando la normalidad y que por su puesto encuentren una vacuna», responde.