Almuerzo del segador para recuperar fuerzas
Un clásico en tierras segovianas que mantiene el sector hostelero como parte de la tradición gastronómica de la provincia
Casi sin dudarlo las palabras más buscadas de este año 2020 cuando finalice serán Covid19 y pandemia. Aterrizaron el pasado mes de marzo y desde ... entonces han marcado otro ritmo de vida y de trabajo. Este verano no hubo fiestas, no se organizaron encierros y no hubo después y como es tradición en localidades como la segoviana Cuéllar, degustación del tradicional almuerzo del segador. Bueno, habría que puntualizar que no hubo almuerzo tal y como se ha entendido hasta hoy porque este clásico de la gastronomía segoviana se mantiene en restaurantes y casas, porque sigue haciendo falta recuperar energía para afrontar el día a día.
Recetario Degusta
El almuerzo del segador lo forman un par de huevos fritos, un trozo de chorizo, tajada de lomo de la olla y unas patatas fritas. Consistente y tradicional la materia prima, aunque suene reiterativo, cuenta. Un plato que se elabora de forma sencilla pero que también se adapta a otras presentaciones más coquetas en forma de raciones, en bocadillos y hay quien prefiere incluir un trozo de carne a la parrilla.
La historia de este almuerzo se remonta a más de medio siglo cuando el desgaste de las tareas agrícolas obligaban a recuperar energía con almuerzos contundentes. Una tradición que se ha mantenido con el paso del tiempo y que aunque con moderación sigue siendo uno de los platos obligados a probar cuando se recorren las tierras de Cuéllar.
Para los huevos fritos hace falta solamente una sartén con aceite caliente, con o sin puntilla a elección del comensal, aunque lo habitual es que se busque el toque crujiente que le aporta la clara bien hecha. Por otro lado y para hacerlo un poco más ligero se pueden poner los trozos de lomo a la plancha y en cantidad moderada, misma recomendación para el chorizo segoviano. Lo habitual es que las patatas fritas lleve algo más de tiempo porque se hacen caseras. Por cierto, que también se suman los torreznos a este potente y singular almuerzo.
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