Saxofones de bolsillo

Suena como un saxofón de verdad reza el lema publicitario y el músico hace sonar su saxo-flauta para demostrarlo. «Si soplas fuerte, suena la octava aguda, si tocas más débilmente, suena la octava grave», explica Johnny Saxaflute que durante el fin de semana expone sus instrumentos artesanales en el mercado Pop-Up, de la Plaza de El Salvador de Valladolid.

Ha sido una casualidad del destino, del Womad, del TAC. El músico inglés y su pareja venían de tocar en Cáceres cuando se les estropeó la caravana. Mientras esperaban la reparación decidieron traer su peculiar mercancía a esta cita vallisoletana. Mientras de la Iglesia del Salvador salían los invitados de una boda, Johnny tocaba su saxofón de bolsillo. Los hace con bambú, «la parte de abajo de la caña, la más fuerte es la mejor», y le pone una boquilla de saxofón al uso. La digitación es como la de una flauta dulce y sacar el sonido, mucho más fácil que en los originales metálicos.

Lleva años trabajando en instrumentos artesanales y vendiéndoles por el mundo. Los veranos son para Camden Town, en Londres, y el resto del año, buscando el calor fuera. «España era una país donde vendía mucho, pero la crisis se nota y eso que no hago la conversión de libras y euros. En la web están más caros que lo que ponemos en los mercados españoles. Ahora compran más los alemanes». Como han recorrido la península por distintos sitios, han visto compradores de todo pelo. «En el sur te discuten el precio, intentan regatear».

La eficacia musical la prueba con el disco que venden junto a los instrumentos. «He tocado con mucha gente y todos dan por bueno el sonido». Así que el saxo-flauta es una opción óptima para los conciertos improvisados de verano. Más información en www.saxaflute.com.