Una banda sonora para el documental que muestra el Canal de Castilla en 1930
El dúo Francachela compone una partitura para la primera película de la región declarada Bien de Interés Cultural
Pudo ser abogado y por ahí encaminó sus estudios, pero el salmantino Leopoldo Alonso (Salvatierra de Tormes, 1877-Madrid, 1949) quedó en su juventud prendado por las grandes innovaciones técnicas de principios del siglo XX. Primero, la fotografía. Fue el primer fotógrafo aéreo de la aviación española (suya es, de enero de 1924, la que posiblemente es la primera foto aérea del Teide) y también reportero de 'El imparcial' durante la I Guerra Mundial.
Después, la imagen en movimiento. Filmó la guerra de Marruecos en 1921. Rodó el primer documental sonoro, titulado 'Salamanca' y estrenado el 31 de marzo de 1929 en el Real Cinema de Madrid. Y justo un año después, recorrió una de las grandes obras de ingeniería del país para producir 'El Canal de Castilla', un documental mudo, en blanco y negro, rodado en 35 milímetros, con 25 minutos de duración y que la Junta de Castilla y León convirtió, en noviembre de 2018, en la primera película española considerada Bien de Interés Cultural.
Esta joya cinematográfica –propiedad de la Confederación Hidrográfica del Duero y desde 1997 custodiada en la Filmoteca de Castilla y León– estrena ahora un ropaje musical confeccionado a medida por el violinista vallisoletano Alfonso Corral, quien ha compuesto una banda sonora exclusiva para ambientar las imágenes de este documental único. «Mi forma de crear es bastante visceral», explica Corral, integrante del Dúo Francachela, quien desvela que, para componer la partitura, visionó el documental mientras improvisaba violín en mano.
Imágenes «potentes y atractivas»
«Las imágenes son tan potentes y atractivas que te inspiran de una forma muy directa», indica. Hay partes en las que dominan los efectos sonoros. Otras, en las que se cuelan ecos del 'bluegrass', la música tradicional estadounidense, vinculada con los grandes flujos de agua, como el Mississippi. Y hay pasajes más cadenciosos, en los que la música acompaña el discurrir del canal, con un 'obstinato' defendido por el violonchelo mientras que el violín se encomienda a los armónicos sobreagudos.
«En esta parte, es como si los instrumentos viajaran encima de la barcaza», asegura Corral. Este viernes, cogerá su violín y junto a la chelista Arantxa Hernández (profesora en el Conservatorio), acompañarán con su música en directo la proyección al aire libre del documental. Será a las 22:00 horas, en la plazoleta de la calle Canal 20, dentro del ciclo cultural Abierto en Canal, organizado por la asociación vecinal Los Comuneros.
Corral, que además de compositor es escritor, programador y productor, destaca que este pase será una oportunidad casi inédita para ver (y escuchar) el documental histórico desde una nueva perspectiva. Solo otra vez –también en La Victoria– se ha podido seguir la proyección con música en directo. Y, de momento, no hay más pases previstos, «aunque nos gustaría poderlo llevar por otros municipios por los que pasa el Canal de Castilla».
La producción de Leopoldo Alonso es «un documento audiovisual de alta calidad técnica y estética» y «un claro ejemplo del lenguaje cinematográfico de la IIRepública», según argumentó la Junta para su declaración como BIC. La cinta regala estampas de Valladolid y Palencia en los años 30 del siglo pasado, muestra –incluso con cámaras sobre las embarcaciones– cómo eran los paisajes del Canal y cómo los trabajos que se desarrollaban en torno a él (la producción de energía, el desbroce de caminos y cauces, los talleres de reparación de barcazas o las fábricas de harinas, ya cerca de Valladolid).
En muchos casos, la explicación sobre estas tareas puede verse en el documental a través de las cartelas insertadas entre las imágenes, que ofrecen datos como que el tráfico en aquella época era de 1,5 millones de toneladas anuales, que regaba 11.000 hectáreas de cultivo en Palencia o que la producción hidráulica servía para alimentar industrias de harinas, tapices, mantas o cerámica.
Alonso fundó, en 1929 y junto con el Duque de Estremera, la productora Información Cinematográfica Española (ICE), una empresa con la que produjo cerca de cincuenta documentales.