El 83% de los solicitantes del ingreso mínimo por pobreza se quedan sin la ayuda
La comunidad mejora sus datos y dobla la cobertura de hace un año hasta cubrir a 53.814 beneficiarios, lejos de la demanda
No llega ni a dos personas por cada diez que lo solicitan. Las prestaciones del Gobierno central que bajo el nombre de Ingreso Mínimo Vital buscan paliar los efectos de la pobreza aún están muy lejos de proteger a las familias económicamente desamparadas en España. Y aunque Castilla y León no es una excepción y está muy lejos de responder a las necesidades reales, ha mejorado su dotación en comparación con el año 2020 y ha duplicado la cobertura desde entonces. Si entonces solo el 8,3% de las personas que viven bajo el umbral de la pobreza encontraron tal apoyo, es decir, solo 26.529 de las 319.341 consideradas con un nivel de vida sumergido en la necesidad, el nuevo balance duplica, incluso más, tal cobertura y llega ya al 16,85%, o lo que es lo mismo, a 53.814 beneficiarios. Un considerable incremento; pero aún hay un 83% de afectados sumidos en la pobreza que no acceden a estas prestaciones.
La cobertura del Ingreso Mínimo Vital –que oscila entre los 470 y los 1.000 euros– puesto en marcha de manera urgente por la crisis social derivada de la pandemia, alcanzó en 2021 en Castilla y León a un 11,33% de la población potencialmente beneficiaria. Ahora, el dato castellano y leonés es el cuarto mejor del país, en el parte anterior se situaba en la mitad nacional y mejora, por lo tanto, la media nacional del 13,35% de la población bajo el umbral de la pobreza en España beneficiaria de esta renta social que ha llegado a 1.176.187 de beneficiarios, de los cuales 506.552 son menores. Además, 213.219 hogares reciben el complemento de ayuda a la infancia. Este ingreso llega solo a 461.788 hogares españoles cuando se han tramitado casi 1,9 millones de solicitudes. Ese es al menos el balance que hace el observatorio de la Asociación de Gerentes y Directores de Servicios Sociales en un análisis nacional realizado al respecto.
Esta cobertura sufre unas variaciones menores que las que experimentabacon el sistema de Rentas Mínimas, en el Ingreso Mínimo Vital las coberturas tienen una horquilla de 19 puntos entre autonomías con menores coberturas que rondan el 5% y las de mayor cobertura que alcanzan el 24%.
Mientras en 2021 esta prestación dejó en Castilla y León 92,84 millones de euros, la renta mínima el año precedente se situó en 52,7 millones, lo cual supuso un incremento del 176%, muy por encima de la subida del 98% contemplada en la media nacional.
Los datos
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92,84 millones de euros dejó la renta mínima de ingresos en Castilla y Léon
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319.341 personas viven en la región bajo el umbral de la pobreza
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26.529 personas cobran ayuda económica por pobreza en la comunidad
Además, la cobertura del Ingreso Mínimo Vital continúa siendo muy desigual según comunidades desde los bajos datos de Baleares (7,23%) o Cataluña (7,83%) a los buenos balances de Navarra y Ceuta, que se sitúan en torno al 28%, o Melilla, que roza el 26% de los potenciales necesitados de este apoyo económico. El ingreso solo alcanza a la mitad de los beneficiarios previstos y la comunidad está muy lejos de esa media nacional.
El ritmo de incorporación de beneficiarios se ha ralentizado respecto al anterior trimestre. Se ha pasado de una media de unos 80.000 perceptores nuevos cada mes en el primer trimestre de 2022, a tener unos 37.000 entre marzo y junio de 2022 en toda España.
La cuantía media por perceptor de las rentas mínimas en el conjunto de España «supone el 15,3% de la renta media por hogar del país. Una cuantía extremadamente baja y que ha bajado dos puntos desde 2019, pasando del 17,1% al 15%, condicionado probablemente por la aparición del Ingreso Mínimo Vital.
En definitiva, destaca la Asociación de Gerentes y Directores de Servicios Sociales, «el Gobierno llega a duras penas a la mitad del objetivo que se planteó de que en unos meses llegaría el ingreso mínimo vital a las 800.000 familias que malviven en la pobreza extrema en nuestro país. Mientras tanto las 'colas del hambre' deberían avergonzar a los gobernantes y en lugar de ser noticia, tendrían que ser la denuncia continua de la impericia del Gobierno en la gestión de la 'vacuna contra la pobreza', que es el Ingreso Mínimo Vital», destaca.