Castilla y León
La ruptura altera el paso de los partidos: un PP eufórico y Vox, en recomposición
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La ruptura altera el paso de los partidos: un PP eufórico y Vox, en recomposiciónLas raíces de la crisis PP-Vox que se ha llevado por delante el Gobierno de coalición de la Junta se hunden en el ... 9J. Ese día, el PP de Castilla y León festejó un resultado contundente en el territorio, que incluía barbaridades como el 49,88% de votos en la provincia de Salamanca, tierra de Alfonso Fernández Mañueco. Vox se quedaba en su resultado más bajo –excluidas las peculiares municipales, por su menor número de candidaturas– desde 2019. Los populares absorbieron todo el voto de Ciudadanos, frenaron el crecimiento de Vox y apareció en escena un nuevo partido, Se acabó la fiesta (SALF), con un agitador condenado a la cabeza, Alvise Pérez. Y con un discurso más radical que los de Santiago Abascal.
Ahí ven en el PP el quid de la cuestión. Vox, institucionalizado desde que entró en los gobiernos, mantiene un cierto discurso altisonante, pero amortiguado por los hechos. Sometido a gobiernos de coalición, muy poco de lo que prometía en Castilla y León, por ejemplo, ha salido adelante.
Un caso claro fue el protocolo antiaborto defendido en una rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno por Juan García-Gallardo. El eco de lo anunciado hizo que Alfonso Fernández Mañueco lo frenara incluso públicamente. Las leyes prometidas están aún en el proceso parlamentario, sin prisa. Y a Gerardo Dueñas, consejero de Agricultura, se le sublevaron los ganaderos de Salamanca en las puertas de la Delegación Territorial después de que sus propuestas de relajar los controles por la tuberculosis bovina se le volvieran en contra por la imposibilidad de aplicar lo que proponía.
Santiago Abascal dio otro paso significativo días atrás, cuando decidió que Vox quedara encuadrado en Europa en el mismo grupo que Viktor Orban, 'Patriotas por Europa'. Una amalgama pro-Putin que incluye a la Lega de Matteo Salvini y perjudica a la que ha sido aliada natural de Vox, Giorgia Meloni. «¡Viva Santiago Abascal, presidente de España, viva España, viva Italia, viva la Europa de los patriotas!», gritaba en 2022 Meloni en un mitin de Vox en Andalucía. Hace poco más de un mes, en el Viva 2024 de Vox, auguraba:«Vox será decisivo para cambiar tanto Madrid como Bruselas».
Ahora Meloni queda relegada a la cuarta plaza de los grupos parlamentarios europeos, tras populares, socialdemócratas y los 'Patriotas por Europa' de Vox. Habrá dos o tres grupos distintos de extrema derecha en el Parlamento Europeo. Los designios de la UE volverán a estar en manos de la entente más 'centrada', con socialistas, populares y liberales. Vox se agrupa además con Marine Le Pen (Rassemblement National) o los portugueses de Chega, en un grupo con 84 diputados.
Estos movimientos chocan con la actitud de Alberto Núñez Feijóo, que se avino a renovar el Consejo General del Poder Judicial en contra de la opinión, por ejemplo, de Isabel Díaz Ayuso, que se vio obligada a desdecirse días después para no incomodar asu jefe de filas. Feijóo ordenó, además, acatar el reparto de menores a pesar de que ya sobrevolaba el escenario el órdago de Santiago Abascal contra los gobiernos autonómicos 'colaboracionistas'. El resultado ha sido una fractura múltiple de la que sale mejor parada el PP, que conserva los gobiernos autonómicos, aunque sea en minoría, sin ver amenazados realmente los pactos en los ayuntamientos, donde Vox siempre ha defendido que no permitiría gobiernos de izquierdas.
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