El embrollo jurídico con las cuentas de Castilla y León, colofón a una legislatura de presupuestos locos
Mientras se dirime la legalidad de registar las cuentas sin un capítulo aprobado en las Cortes y sin techo de gasto aprobado, el Pleno debatirá la próxima semana si abre la tramitación o no
A Ricardo Gavilanes, portavoz del PP en las Cortes de Castilla y León, le tocó salir a defender que la Junta había registrado el proyecto ... de presupuestos «en tiempo y forma». Y argumentar que Vox había echado abajo el capítulo con las cuentas de las Cortes que preside con su abstención, a pesar de que el PP pudo evitarlo y no lo hizo porque sus dos miembros de la Mesa, Francisco Vázquez y Rosa Esteban, también se abstuvieron a continuación. Y de paso Gavilanes tuvo que darle pátina de normalidad al hecho de registrar las cuentas cuando no se tiene aprobado el techo de gasto. «¿Cómo vas a plantear la organización de lo que vas a gastar si no sabes lo que tienes para gastar?», se preguntaba su rival, David Hierro (Vox). Y tuvo que añadir Gavilanes que la ley de medidas tributarias, financieras y administrativas «es independiente y no es necesario llevarla con la ley de presupuestos», argumento que sostiene el esgrimido por su consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, el día anterior. «Ya dijo el consejero que se hacía así -sin la ley de medidas- para facilitar llegar a un acuerdo en el presupuesto».
Todo esto para fijar el mensaje de que la Junta de Castilla y León ha presentado los presupuestos «en tiempo y forma» y no «como Sánchez, que lleva tres años sin presentarlos». Mensaje que forma parte del argumentario de Génova desde hace tiempo y que chocaba a menudo con la realidad de Castilla y León, cada vez que Alberto Núñez Feijóo, Elías Bendodo o Miguel Tellado pisaban el terruño para algún evento del partido. Aquí son ya cinco las prórrogas presupuestarias del Ejecutivo de Mañueco en seis años. Porque el multipartidismo ya fracturó los presupuestos de rodillo monopartidista hace tiempo, pero mucho más cuando el Gobierno lo forman dos socios, uno rompe y el otro se queda en minoría.
Noticias relacionadas
Por de pronto, PSOE y Vox han solicitado un informe al Consejo Consultivo sobre el registro del proyecto de ley de presupuestos sin tener el techo de gasto aprobado. Un límite que debía fijarse antes del 31 de julio y aprobarse antes de remitir las cuentas. Tiene su lógica cuando se abandona el lenguaje parlamentario y se aterriza en la microeconomía, en el euro doméstico. No puedes cuadrar los gastos de hipoteca, luz, gas, internet, plataformas, extraescolares, comida, gasolina y una ronda en el bar si no sabes cuánto te van a ingresar de sueldo y de qué cantidad partes.
De paso, se ha solicitado a la letrada mayor, Laura Seseña, que emita su propio informe sobre esta cuestión. Y se está intentando desenmarañar qué ocurre con un presupuesto de 21 tomos al que le falta un capítulo, el del presupuesto de las Cortes y de las instituciones propias (Consejo Consultivo, Consejo Económico y Social, Consejo de Cuentas y Procurador del Común). «El presupuesto está incompleto, porque hay una parte, la sección 20, que aún no tienen aprobada. Es como si se presenta sin la parte de Agricultura, por ejemplo», dijo David Hierro (Vox). «¿Alguien se imagina unos presupuestos sin la sección de Economía y Hacienda o de Familia?», se preguntó Patricia Gómez Urbán (PSOE).
Las reacciones de Vox y PSOE fueron muy similares porque ambos parten, además, de premisas similares. Consideran que el PP ha presentado unas cuentas que son una concatenación de anuncios electorales. Y que los populares quieren aprovechar el trámite parlamentario, con las comparecencias de los consejeros, para alargar esos anuncios y convertirlos en polos de atracción de votos. Así que donde Hierro ve el «presupuesto tocomocho», Gómez Urbán observa el «timo de la estampita».
El PP, mientras, insiste en que las cuentas están presentadas en tiempo y forma. Admite, eso sí, que llevar una ley de medidas tributarias en minoría parlamentaria puede suponer un disgusto al que no están dispuestos a arriesgarse. Ya pasó en 2023. El PP se equivocó al votar las enmiendas del PSOE a la ley de medidas. Básicamente, donde decía «bajaré los impuestos» pasaba a decir «subiré los impuestos». En lugar de votar «no», la bancada del PP votó mayoritariamente, por una indicación errónea, «sí». Así que a continuación tuvo que tumbar sus propios presupuestos y reiniciar todo el proceso.
Y eso fue cuando PP y Vox aún estaban de acuerdo y las cuentas eran una visión compartida de las políticas a seguir. Pero es que el barullo jurídico de las cuentas actuales solo es el colofón a una legislatura de presupuestos locos y situaciones inéditas en el otrora soso parlamento autonómico. Al error de 2023 le siguió una tramitación urgente de los presupuestos, que acabaron rubricándose el 30 de abril. Es decir, que las cuentas para 2024 se aprobaron una vez cumplido el primer cuatrimestre de 2024.
Silvia Clemente irrumpe de nuevo
El pasado 24 de julio, Silvia Clemente presentó su nuevo partido, Nueve CyL, con el que quiere presentarse a las elecciones autonómicas de marzo. Después de un nuevo parón, ha comenzado las presentaciones en cada territorio. Y los presupuestos le han dado una ocasión de oro, como ex presidenta de las Cortes, para meter su primera cuña de precampaña. «Mañueco presenta unos presupuestos que no son válidos ni legalmente tramitables, al no haberse aprobado previamente el techo de gasto», dice en un comunicado. «De seguir adelante este proceso irregular, la ley de presupuestos podría ser nula de pleno derecho», advierte.
A finales del año pasado, sin embargo, la situación dio un nuevo giro. Alfonso Fernández Mañueco presentó un anteproyecto de ley de presupuestos que dio la vuelta a la autonomía con presentaciones en cada territorio. Eran las primeras cuentas en minoría. La Junta sometió el techo de gasto al escrutinio de las Cortes el 6 de noviembre, como es preceptivo. «Mañueco ha presentado a todos los ciudadanos un anteproyecto de presupuesto que no iba a ver la luz, ha intentado engañar a todos y cada uno de los castellanos y leoneses vendiendo una mentira», acusó entonces la socialista Rosa Rubio. Y el PSOE se abstuvo. «Hay bulos, grandes bulos, y luego está el anteproyecto. Eso no se ha visto en la historia de la comunidad», dijo Francisco Igea. Y votó a favor. «Al señor Fernández Mañueco no le interesa que su presentación de Power Point, que han denominado 'Anteproyecto de Presupuestos', realmente se convierta en un proyecto de Presupuestos o en una futura ley de Presupuestos», acusó Carlos Menéndez (Vox). Y Vox votó en contra, pero dio igual. Los votos a favor del PP, más las abstenciones de PSOE, Por Ávila y Francisco Igea aprobaron el techo de gasto.
Los populares iniciaron entonces una ronda de diálogo sobre los presupuestos. Vox no se presentó. No hubo acuerdo con ningún grupo y la crítica casi unánime fue que las cuentas se debaten en las comisiones y el Pleno, no en reuniones informales. No llegó a registrarse el proyecto de presupuestos y se prorrogaron.
El escenario actual también está envenenado. Más aún, porque hay dos ex procuradores de Vox, Javier Teira y Ana Rosa Hernando, que votan por su cuenta. Así que hay aún más fragmentación. Y en cinco meses, además, hay unas elecciones autonómicas que el año pasado no estaban en el menú. De momento, mientras se resuelven las cuestiones legales, se someterá a debate el techo de gasto. Será el miércoles de la semana próxima. El Pleno comenzará a las 9 de la mañana. Si no hay techo de gasto, no habrá tramitación de presupuestos. En todo caso, le tocará a la Junta presentar otra propuesta. Ni PSOE ni Vox han confirmado cuál será el sentido de su voto. Lo que sí saben es que no le quieren dar al PP la ocasión de debatir unas cuentas que consideran propaganda.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión