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FRANCISCO CANTALAPIEDRA
Viernes, 14 de agosto 2009, 03:05
T iempos aquéllos en los que la única piscina pública que había en Valladolid era la Samoa, en Las Moreras. Los que tenían poca liquidez iban sólo los fines de semana, mientras que otros se sacaban un abono para todo el verano. Allí se merendaba, se ligaba (poco) y se escuchaba música del Dúo Dinámico. Allí se veían porciones de carne roja que el sol acabaría poniendo morena, lo que despertaba, todavía más, la libido propia del verano y de la edad. Ahora hay piscinas en todas partes. Las hay cubiertas para que los nadadores no se constipen, y abiertas al sol para que la peña se torre. Pero ni siquiera esta abundancia piscinera nos permite vivir en Felizlandia, porque los que se bañan en la cubierta de La Victoria están tiesos de frío, y los que se bañaban en la grandona de Canterac están a punto de dejar de hacerlo porque la cierran el lunes para hacer obras, que no habrán tenido tiempo para haberse metido en faena antes. Mecachis en el Plan E, que es de donde viene la pasta para arreglar esta cubeta. Menos mal que los meteorólogos auguran pronto el final del verano, con lo que el Ayuntamiento volverá a subir la temperatura del agua en La Victoria y los usuarios de Canterac no necesitarán pasarse el día a remojo. La Samoa cerró hace tiempo.
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