El milagro se repite
El Clínico da el alta a una palentina y a su hija Julia, que pesó 800 gramos, tan sólo 150 más que su hermana Covadonga, que cumplió un año en mayo
R. S. RICO
Viernes, 22 de mayo 2009, 02:58
María José Laballos se enteró de que volvía a estar embarazada en el mes de noviembre. Y a su mente regresaron los recuerdos de un alumbramiento feliz pero con un desarrollo muy incierto, a caballo entre la resignación de lo inviable y la esperanza de lo sobrenatural. Su pequeña Covadonga cumplió un año el 12 de mayo, doce meses de una vida que acaba de empezar y que peligró al nacer con sólo 650 gramos de peso. La 'niña milagro' la llamaba el personal que cuidó de ella en el Hospital Río Hortega de Valladolid, y el milagro ha vuelto ahora a repetirse en forma de una hermana, Julia, que nació el 4 de marzo con 800 gramos de peso y que hoy recibirá el alta en el Hospital Clínico de Valladolid.
«No dije nada a nadie hasta una semana después de saberlo, pensé que mi hija mayor, Bárbara, que se asustó mucho con Covadonga, iba a tener miedo por mí, pero nada. Ella y mi marido me decían que esta vez no iba a pasar lo mismo», apostilla María José, que no quiere ver ni en pintura al Hospital Río Carrión de Palencia. Embarazada de cinco meses de Covadonga, un médico en Santander le dijo que se le había dilatado el útero y que la única solución era un cerclaje, una intervención que consiste en dar un punto en el cuello del útero para evitar que éste se dilate durante la gestación. Y ya en Palencia, en el Hospital Río Carrión le espetaron que no había solución y que le iban a provocar un aborto. María José se fue a Valladolid en busca de una solución, y allí encontró al doctor Mínguez.
«Lo primero que hice cuando supe que estaba otra vez encinta fue hablar con él», agrega María José, que asegura que a Palencia no va «ni a por tabaco, y me gusta muchísimo». María José Laballos sintió miedo y pensó en abortar, pero no lo hizo. Le practicaron un cerclaje de útero en diciembre, pero a los cinco meses y medio de gestación rompió aguas mientras paseaba con sus hijas por Cervera, donde reside.
«Con Covadonga pasó lo mismo, sólo que con seis meses. Julia no ha tenido tantos problemas como Covadonga, esta vez los he tenido yo, que cogí una infección y no me fui para el otro barrio de milagro», agrega María José, de 36 años, que hace hincapié en cómo el médico de maternidad del Hospital Clínico de Valladolid le comentó que el embarazo no era viable.
«Le dije que no me contara nada, que ya tenía una en casa y que sabía por lo que tenía que pasar», señala María José, que hoy tendrá ya en casa a la pequeña Julia, que pesa 2,4 kilos. «Yo ya no vuelvo a ser madre, porque algún problema hay, algo falla», asegura Labayos.
Cuidado con los milagros...
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