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MARÍA ÁNGELES SASTRE
Sábado, 12 de julio 2008, 04:42
E N las palabras compuestas escritas sin guión entre sus componentes (con la excepción de los adverbios terminados en -mente, de los que luego hablaremos), el primer elemento -que es tónico cuando funciona como una palabra autónoma- se hace átono. Esto tiene consecuencias tanto en la lengua hablada como en la lengua escrita: se pronuncian con un único acento prosódico y a efectos de colocación de la tilde (o acento gráfico) solo cuenta el segundo elemento.
Como podrán comprobar en los ejemplos siguientes, el comportamiento de las palabras compuestas en lo referente a la acentuación gráfica es idéntico al de las simples y, además, siguen las reglas de acentuación con independencia de cómo se comporten gráficamente sus elementos por separado. Así, la palabra tiovivo no lleva tilde a pesar de que uno de sus formantes (tío + vivo) sí la lleva; lo mismo ocurre con balonvolea (balón + volea) o con vigesimoprimero (vigésimo + primero). En los tres casos por ser palabras llanas terminadas en vocal. Por contra, la palabra dieciséis lleva tilde, aunque ninguno de sus formantes la lleve (diez + seis), porque es palabra aguda terminada en s. Y pisaúvas ('la persona que pisa la uva') la lleva para marcar el hiato -o para deshacer el diptongo, como prefieran-.
En la formación de los adverbios terminados en -mente interviene la forma femenina del adjetivo en el caso de que este sea variable seguida del sufijo -mente y estos se pronuncian con dos sílabas tónicas: la correspondiente al adjetivo del que derivan y la del sufijo, que siempre es men. En la expresión escrita el adverbio resultante lleva tilde solamente en el caso de que el adjetivo del que procede también la lleve. Así, fácilmente, hábilmente y plácidamente llevan tilde porque las formas adjetivas de las que proceden (fácil, hábil y plácida) también la llevan; y estupendamente y extraordinariamente no la llevan porque tampoco la llevan las formas femeninas del adjetivo que entran en su composición (estupenda y extraordinaria).
Cuando la palabra compuesta está formada por una forma verbal seguida de un pronombre personal enclítico (me, te, lo(s), la(s), nos, os, se), esta constituye un solo grupo acentual y de cara a la expresión escrita los pronombres personales se escriben adosados al verbo y se siguen las reglas generales en cuanto a la colocación de la tilde en el caso de que esta sea necesaria. En los ejemplos Estese quieto, por favor y Mantente al margen, las formas verbales estese y mantente no llevan acento gráfico porque son palabras llanas terminadas en vocal, aunque en su composición intervengan formas verbales acentuadas (esté + se, mantén + te). Y en Vuélvete o en Quédese quieto, las formas vuélvete y quédese llevan tilde porque son palabras esdrújulas, a pesar de que en su composición intervienen formas verbales sin tilde.
Tal vez muchos de ustedes sigan escribiendo estése y manténte con tilde, siguiendo la regla que decía que si la forma verbal llevaba tilde, esta se mantenía en el compuesto. Y digo 'decía' porque esta regla de acentuación no está vigente desde 1999, año en que se publicó la nueva Ortografía de la lengua española de la RAE. Según las nuevas normas ortográficas académicas, las normas de acentuación han de aplicarse a todas las palabras sin excepción. Esto, aunque para algunos suponga cierto incordio por tener que reajustar sus patrones de escritura, simplifica mucho las reglas de acentuación.
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