«Mañana, cuando fracase, ya aprenderé»

CATALÁN con acento andaluz, formado en la ESCAC, Bayona acompañó ayer en Valladolid a algunos de sus compañeros de promoción. El director de 'El orfanato' (Barcelona, 1975) prepara su viaje a Hollywood y la promoción previa a los Oscars.

-¿Cómo lleva el éxito?

-No tengo tiempo ni de comer (dice mientras termina el postre). Pero lo llevo bien, han pasado tantas cosas, tan grandes y sorprendentes que estoy intentando asimilarlo. Poquito a poco me doy cuenta de dónde estoy, de dónde está la película. Intentando averiguar cómo ha sido todo, la respuesta brutal por parte del público, no sólo las primeras semanas sino semana a semana se mantiene, y eso es signo de que gusta mucho. La gente incluso está volviendo a verla una segunda vez.

-¿Auguró un arranque tan bueno a su ópera prima?

-La película venía testada de fuera, con mucho éxito. Pero nunca sabes cómo va a funcionar y en este caso además era mi primera película, por lo que no tenía idea de lo que podía pasar. El día de mañana cuando fracasemos, aprenderemos. Ahora lo estamos disfrutando.

-Lleva años tras la cámara en televisión, videoclips (Camela, OBK, Ella baila Sola, Hevia), cortos. ¿Cómo ha ido cambiando de registro?

-Mi tendencia natural es el lenguaje cinematográfico de raíz clásica. Eso es lo que domina, independientemente del formato -sea televisión o videoclip-, mi lenguaje. Digamos que, por muy delirantes que fuesen, los trabajos tenían una raíz muy clásica. De hecho están planteados como rodajes de cine.

-¿Quiénes son sus maestros?

-Me remito mucho al cine de los setenta, a Spielberg y Polanski. Son directores cuyo lenguaje viene de la tradición clásica de los cuarenta y cincuenta e incluyen las nuevas técnicas. Me parece que la manera clásica americana de contar con la cámara películas es atractiva y resulta excitante poderle sumar los avances de las nuevas tecnologías. Su lenguaje permite entender la película aún sin volumen. Evidentemente, una película contada desde la cámara, si no hay una buena historia, no tiene sentido.

-¿Le gustaba el terror como espectador o le atrajo esta historia particularmente?

-Lo que me atrajo fue el guión (Sergio G. Sánchez), su historia. Mantenía muy bien el equilibro entre el terror y la emoción. Es una película en la que la emoción salía beneficiada de las secuencias de terror. Ése es el secreto de lo que me atrajo.

-¿Le molesta la comparación con Amenábar?

-Me hace gracia, es un referente muy reciente y a veces me paro a pensar en cuántos periodistas habrán tenido una revelación. Pero no me molesta, Amenábar es un director que admiro y la verdad es que tenemos gustos parecidos. A los dos nos gusta Spielberg.

-¿Qué criterio determinó la elección del reparto?

-Una de las directrices que mantuvimos era que fueran actores no demasiado vistos en la gran pantalla y es el caso de Mabel, Montserrat Carulla, Geraldine Chaplin, Fernando Cayo y de Belén Rueda. Son actores que no se prodigan demasiado y hemos buscado cambiarles el registro. Me apetecía mucho verles en 'El orfanato'.

-El público español no ve cine nacional, es la queja del sector. ¿Qué hace falta para atraerle, además de salas a su disposición?

-Creo que el público español, si le das una buena historia bien vendida, prefiere el cine español al americano. Nunca se sabe lo que pasará, pero nosotros lo hemos percibido así a través del éxito de la película. El público español quiere ver películas nacionales de las que sentirse orgulloso y también es nuestra responsabilidad ofrecerle las películas que quieren ver. Pueden ser mayoritarias o minoritarias. Este año hay películas como 'Mataharis', 'Las 13 rosas' o 'El orfanato' a la vez, pero han encontrado su público y eso es lo que necesita el cine español.

-¿La Academia Española ha optado por un género universal y fresco frente a opciones de temas más domésticos?

-Lo que ha interesado a la Academia es la historia, lo que he percibido son comentarios positivos y los pases con público extranjero han sido excepcionales. No me gustaría pensar de forma tan maquiavélica que la Academia busca lo que va mejor o peor para Holly-wood.