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La virgen sale de los Santos Juanes para ser conducida hasta la Concepción, en Nava del Rey.
Nava del Rey despide a la Virgen de los Pegotes con un clamor popular

Nava del Rey despide a la Virgen de los Pegotes con un clamor popular

El alcalde, Gómez Alonso, califica de «éxito» las actividades paralelas organizadas durante el fin de semana

patricia gonzález

Martes, 9 de diciembre 2014, 10:00

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Ni las gélidas temperaturas registradas durante la tarde-noche de ayer, ni el término del fin del Puente de la Constitución imposibilitaron que miles y miles de navarreses y comarcanos participaran en la tradicional subida a la ermita de Nuestra Señora de la Concepción de la Virgen de los Pegotes.

Se trata de una tradición que se remonta al año 1745 y que fue declarada Fiestas de Interés Turístico Regional por la Junta de Castilla y León en 2008 por su singularidad, antigüedad, y sus connotaciones religiosas y gastronómicas. Este próximo año, transcurridos los cinco años que señala la normativa, podría ser declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.

«Este año para nosotros ha sido un año especial, ya que hemos trabajado mucho y muy duro para promocionar esta fiesta que es única en todo el panorama nacional», comentó el alcalde de Nava del Rey, Guzmán Gómez Alonso, que cifró en cerca de 4.000 personas los asistentes a los actos de la denominada subida y 3.500 a la bajada de la Virgen morenita o rosa de Jericó.

Nueve días de novenas

Además de los nueve días de novenas y de la puesta en marcha de una exposición con todo el patrimonio de la Virgen, la fiesta ha contado por tercer año consecutivo con unas jornadas gastronómicas que «han sido todo un éxito, según me han comentado los hosteleros que han participando tanto en la oferta de pinchos como en el concurso de combinados», explicó Gómez Alonso. Desde el pasado 30 de noviembre y hasta ayer mismo multitud de navarreses y comarcanos han degustado tapas elaboradas con los productos tradicionales que giran en torno a los pegotes, como son el vino rancio y las castañas.

Además de los pinchos, que han tenido un precio muy económico y ajustado a la realidad de los bolsillos, varios establecimientos de copas del municipio han participado en el concurso de combinados.

«Hace tres años decidimos aumentar la oferta de la fiesta de los Pegotes con una serie de actividades gastronómicas que atrajese al público de la comarca», aseveró el alcalde, quien reconoció que «después de tres años podemos decir que este complemento a la fiesta se ha consolidado y es uno de los principales reclamos junto con los Pegote».

Historia

Las primeras referencias a Nuestra Señora de la Concepción se remontan a mediados del siglo XVI, cuando se construye la homónima ermita en el altozano conocido como Pico Zarcero, y donde poco después se asentará el convento de San Agustín.

Tras abandonar la ermita los agustinos, el templo retomó el culto público a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de la Cuesta o del Pico Zarcero y aumenta su devoción durante el siglo XVII con numerosas procesiones y rogativas a fin de encomendar las cosechas a la voluntad mariana.

Esta devoción culmina en el año 1745, cuando el Ayuntamiento la asume como patrona y acuerda celebrar perpetuamente un novenario en su honor del 30 de noviembre al 8 de diciembre, con el descenso de la imagen hasta la parroquia el día 6 de diciembre en solemne procesión.

Momentos antes de esta primera celebración se declaró una tormenta que obligó a retrasar la procesión e iluminar artificialmente el trayecto con hogueras y pegotes, que son unas antorchas realizadas a base de pez y de donde surge el apelativo de Virgen de los Pegotes.

Numerosas antorchas

En la jornada de ayer, una vez más, las antorchas (portadas en su gran mayoría por los niños de la localidad) volvieron a ser el resplandor de la Virgen, quien a la viva voz de «¡viva la pura y sin manchas!» y «¡viva la estrella de la mañana!», recorrió las principales calles de la localidad arropada por todos los vecinos.

La subida comenzó a las seis de la tarde en los corrales de la cámara agraria, donde se prepararon las mulas que tiraron de la carroza en la que se aposenta la imagen de la Virgen.

Al igual que ocurre con la bajada, la mejor ubicación para poder apreciar la singularidad de la fiesta es la calle Manuel Salvador Carmona, donde, al ritmo de la campana conventual de las Terciarias Franciscanas, los asistentes pudieron ver las hogueras y escuchar los vivas.

Una vez finalizada la procesión, la imagen fue colocada en el altar mayor de la ermita, donde los fieles entonarán el himno de la Virgen compuesto en 1956.

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