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El alcalde de Valladolid pide perdón por las «desafortunadas» declaraciones del ascensor

El alcalde de Valladolid pide perdón por las «desafortunadas» declaraciones del ascensor

León de la Riva se disculpa en el inicio de un pleno en el que el concejal del PP Gil Verona sorprendió a los presentes al equivocarse en su voto

Liliana Martínez Colodrón

Martes, 2 de septiembre 2014, 09:31

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Media hora antes del inicio del Pleno, las localidades de las tribunas del salón municipal comenzaban a escasear. Jóvenes, jubilados, mujeres y representantes de asociaciones contra la violencia doméstica no querían perderse el primer pleno del alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, tras las polémicas declaraciones en las que dijo sentir «reparo» a la hora de subirse a un ascensor por si alguna mujer le buscaba «las vueltas».

Las medidas de seguridad para acceder al Consistorio («hoy hay que pasar por el escáner», espetó un agente de Policía a los periodistas), y la presencia de un reportero de The New York Times indicaban que este no iba a ser un pleno ordinario.

Puntual (como siempre) y serio (como casi siempre) accedió el alcalde vallisoletano al salón. El pequeño guirigay que se rumiaba en el ambiente cesó de inmediato en cuanto Francisco Javier León de la Riva inició la sesión. Como ocurre habitualmente, comenzó lamentando y condenando los casos de violencia doméstica en España y enumerando los nombres de las siete mujeres que perdieron la vida en el pasado mes de agosto (39 en lo que va de año) a manos de la violencia machista.

Sin ni siquiera un leve descanso en su entonación, el alcalde siguió leyendo un texto en el que reiteró su petición de perdón por la que ya se conoce como la polémica del ascensor. «Pido disculpas una vez más a cuantas personas pudieran sentirse ofendidas. Fueron una palabras desafortunadas y una vez más me disculpo por ellas».

Serio y circunspecto, el regidor dio paso al debate de la primera moción municipal (presentada por IU con el fin de avanzar hacia el reequilibrio y revitalización de los barrios de la ciudad), mientras una única persona aplaudía con fervor y los invitados cuchicheaban desde la tribuna.

Debatida y desestimada, esta moción dio paso a la segunda y la tercera del día, presentadas por los grupos municipales de PSOE e IU para reprobar al alcalde y exigir su dimisión.

Por petición de IU, la primera en tomar la palabra fue Nina Infante, en representación del Foro Feminista. Infante esgrimió los datos de las violaciones en España (una cada 8 horas dijo) y afeó duramente a León de la Riva «haber criminalizado a estas víctimas con sus declaraciones, que solo nos llevan a colocar a la ciudad en lo alto de los Trending Topic por su carácter machista» apuntó antes de exigir que el alcalde abandonara la vida pública de una vez «de forma inmediata».

En la misma línea, la concejala de IU María Sánchez recogió el testigo de la crítica firme y dura e insistió en censurar «el que usted haya puesto el foco en las que sufren estos actos. Señor alcalde, cómo se sentirán, tras escuchar sus palabras, las víctimas de violaciones y sus familias» y añadió, «es curioso que el único vallisoletano que vive con escota las veinticuatro horas del día diga que no puede poner un policía en cada esquina», refiriéndose a las declaraciones que realizó el regidor tras la violación de una joven en el parque de Las Villas y sobre la que comentó que «hay veces que a las seis de la mañana una mujer sola tiene que cuidar un poco por dónde va».

En ocasiones, las palabras de la concejala eran subrayadas con el aplauso intenso de la tribuna y los gritos de «dimisión» y «vergüenza», que eran acogidos con seriedad por el depositario. Del retrógrado y machista que le regaló la representante de IU se pasó al «hastío y hartazgo» que confesó sentir Óscar Puente, portavoz del Grupo Municipal Socialista. «Es un obstáculo en la lucha contra la violencia doméstica y por eso exigimos a usted y a su partido su dimisión», apuntó Puente tras argumentar que, según las estadísticas, «solo el 0,01% de las denuncias presentadas por violencia doméstica y violaciones son falsas».

Jesús Enríquez, portavoz del PP en el Ayuntamiento, fue el encargado de tomar la palabra tras Puente. «La oposición nos pide que juzguemos al alcalde por sus palabras, por parte de sus palabras, y no por sus disculpas. No podemos hacerlo porque nos parece injusto juzgarle solo por su inconveniencia sin tener en cuenta sus obras», refiriéndose a los planes municipales, actuaciones y proyectos del Ayuntamiento para luchar contra la violencia doméstica.

Votación nominal y sorpresa

Tras una segunda intervención de cada uno de los partidos, en la que los ánimos de la tribuna se iban encendiendo (el momento más álgido se vivió cuando Enríquez comentó la «denuncia falsa de una violación en Málaga») se procedió a votar la enmienda popular a las mociones (en la que básicamente se admitía las disculpas del alcalde y se ratificaba el compromiso del Ayuntamiento con las políticas de igualdad) y las dos mociones de reprobación. Por petición de IU, el voto se realizó de forma nominal para dar la oportunidad a los concejales del PP a dar el sí a la propuesta. Como era de esperar, la enmienda popular fue aprobada. Se prosiguió con la votación a la moción de IU; y ahí, de la expectación se pasó a la sorpresa cuando el concejal José Antonio Gil Verona, del Partido Popular, dio su voto a la reprobación y petición de dimisión del alcalde.

Finalizado el recuento, y mientras los invitados gritaban y aplaudían con estruendo, Gil Verona asió el micrófono para explicar que esta mañana había estado en el hospital «y no me encuentro muy bien. Estoy un poco mareado», dijo. El estupor se adueñó del ánimo de la gente, incluso del del regidor, que preguntó a su concejal que repitiera la votación. «Es un no», apostilló ahora con claridad para disipar cualquier duda.

La moción socialista corrió la misma suerte que la anterior y el alcalde dio paso al siguiente punto del pleno con la contención del que sabe que cualquier gesto o palabra suya podía incendiar la cada vez más encendida tribuna.

Con un nuevo tema en el orden del día, y otro debate menos viral, la mayoría de los invitados dejaron sus asientos para continuar su protesta en la Plaza de la Rinconada y en otros foros como Internet y las redes sociales.

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