El derribo del 29 de Octubre obligará a realojar a 1.600 vecinos hasta la reconstrucción
Urbanismo ultima la demolición de la barriada de Pajarillos de una sola vez para levantar 850 pisos nuevos
J. ASUA
Jueves, 7 de enero 2010, 14:05
Será, tras la desaparición del gueto de La Esperanza en el 2003, la operación de regeneración urbana más importante que afrontará Valladolid en las últimas décadas. El objetivo: eliminar del mapa de la capital uno de los últimos reductos de infravivienda, que nacieron al calor de la Fasa, allá por los 60, y que desde hace años arrastra un cartel de marginalidad que algunos conocidos clanes han alimentado con el trapicheo de droga. La barriada del 29 de Octubre, un polígono de 570 pisos situados en pleno corazón de Pajarillos, entre las calles Villabáñez y Cigüeña, inicia el año en cuenta atrás.
El Ayuntamiento de Valladolid, a través de la concejala de Urbanismo, Cristina Vidal, acaba de comunicar a la asociación de vecinos La Unión el inicio del proceso para acabar con muchos años de penurias y degradación. En el 2010 el Consistorio aprobará la modificación del PGOU para demoler este decrépito barrio y levantar en las cinco hectáreas de terreno que ocupa un nuevo 29 de Octubre, pero del siglo XXI. No es un proyecto 'ornamental', de esos que venden y sirven para engordar las urnas, pero, sin duda, su calado social es potente.
Aunque desde el 2006 se viene dando vueltas a este proyecto, que ha incluido una profunda encuesta a parte de sus 1.597 residentes por parte de las empresas especializadas ACR y Asgeco, el encuentro mantenido a finales de diciembre ha traído novedades. El derribo de estas paupérrimas casas de ladrillo cara vista se hará de una sola tacada y no de forma escalonada como se anunció en un principio. La principal consecuencia de esta decisión será una operación de realojo masiva de todos sus habitantes en pisos de alquiler de la ciudad durante los seis años que dure la reconstrucción. La idea del equipo de León de la Riva es comenzar las obras a finales de este año, de manera que en el 2015 o 2016 los residentes puedan regresar a casas decentes y no a los tugurios donde muchos sobreviven ahora, comidos por los tentáculos de la humedad y rodeados de cucarachas.
El cambio de criterio, explica Cristina Vidal, viene motivado por la situación de crisis. Financiera y técnicamente es más eficiente desarrollar este plan de forma integral en cinco o seis años que alargarlo en el tiempo hasta que termine por eternizarse. La decisión ya está tomada y ha sido aplaudida por los representantes vecinales. Cuando muchos daban por perdida esta batalla, los nuevos contactos con el Consistorio han puesto alas a esta histórica demanda en un barrio, cuyas calles tienen nombre de ave y donde algunos pájaros, cada vez menos, siguen volando al margen de la ley. «La verdad es que se nos han abierto nuevas expectativas, porque de esta manera todo va a ser mucho más rápido», se felicita Charo Gutiérrez, presidenta de la asociación de vecinos, quien confía en que las palabras se transformen en hechos este mismo año.
La Concejalía de Urbanismo ya tiene hechos los números y cuenta con el aval de la nueva Ley de Urbanismo para poder afrontar el proyecto. Había que esperar a esta norma. Se construirán 850 viviendas en bloques de cuatro o cinco alturas con garaje y trastero. El coste de esta nueva urbanización alcanzará los 80 millones de euros, de los cuales 35 vendrán de subvenciones directas del Gobierno de España y de la Junta de Castilla y León, según estima la edil encargada del área. En su última visita a Valladolid para conocer el desarrollo del ARI de la Rondilla, la ministra Beatriz Corredor expresó al alcalde, Francisco Javier León de la Riva, su compromiso para respaldar económicamente esta complicada operación, que deberá ir acompañada, subrayan desde el principio en la asociación de vecinos, de una estrecha vigilancia de las pocas familias que distorsionan la vida de este barrio.
Metros de diferencia
La fórmula con los propietarios afectados será la siguiente. Un residente que ahora tenga una casa de 40 metros y solicite una nueva de 60 pagará los 20 metros de diferencia al precio de VPO que esté vigente en el momento de la entrega de su nuevo hogar. Los cálculos realizados por Urbanismo arrojan que un 50% de los dueños, la gran mayoría con rentas que no superan los 811 euros al mes, optará además a una plaza de garaje y a un trastero. La venta de los 280 pisos de excedente que saldrán en los de nueva edificación también servirá para financiar la inversión. Incluso se plantea crear un bulevar comercial para sacarle rendimiento económico.
Respecto al pago de los alquileres del realojo, el Ayuntamiento de Valladolid confía en que se pueda solucionar a través de las ayudas y subvenciones públicas contra el chabolismo y la infravivienda, de manera que no suponga ningún desembolso para los afectados.
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