50 bastones y un torreón

Medio centenar de bastones de madera trabajados a mano en raíces de cepas, de pinos y olmo negrillo protagonizan la exposición De la raíz a la cepa, que acoge el torreón observatorio de la bodega familiar zamorana Liberaria de la Denominación de Origen Toro y que se inaugurará el jueves 3 de diciembre. Son una muestra del millar de bastones que ha tallado el toresano Santiago Otero Toral, más conocido como Sandokan, desde los años 90, cuando se inició en una afición que le une todavía más al campo, al que ha dedicado toda su vida como agricultor.

Nacido en el Caserío de Timulos, tiene 68 años y conserva unos 200 bastones de los que ha tallado en este tiempo con navaja portuguesa bien afilada, de las típicas que se fabrican en la frontera entre Zamora y Portugal. Pequeños motivos con betún de judea para que contraste con la madera y una capa de barniz para que después se puedan limpiar dan el último retoque. El resto, asegura el autor, lo pone la naturaleza. «Elijo algo que haya hecho la naturaleza, un palo que sea bonito, y le hago pequeñas cosas estropeándole lo menos posible porque la propia naturaleza les tornea bien y les hace unas cosas muy bonitas en las raíces», explica con modestia Santiago Otero sobre unas piezas únicas y singulares.

Así pasa sus ratos libres, eligiendo las mejores raíces en el campo y en las cunetas mientras riega o trabaja las tierras de maíz. Del millar de bastones que ha realizado, conserva 200 en la actualidad. El resto, «distribuidos por el mundo» y siempre regalados, ayudan a andar y mantener el equilibrio a amigos y conocidos. Otros los guardan de recuerdo e incluso algunos han llegado a Asia de la mano de un pintor amigo del autor que luce sus creaciones en la ciudad japonesa de Osaka en la que reside.

Además de estos bastones de diferentes alturas, la exposición en la bodega Liberalia de Toro cuenta con una muestra de cabezas de tamaño real realizadas en diferentes tipos de madera de personajes como piratas y brujas, «gente poco convencional», según el autor, quien tiene una especial preferencia y cariño por sus trabajos primitivos. «Hacer un bastón cada vez me lleva menos tiempo porque quiero empezarlo y terminarlo enseguida. De hecho, muchos que no termino de una sentada, quedan a medias y los dejo y empiezo con otro palo que me gusta más», explica el toresano sobre un proceso que decide sobre la marcha y según lo que pida la madera. «Continuaré haciendo lo mismo» explica sobre su afición a tallar bastones, «aunque cada vez peor», bromea, seguro de que el entusiasmo de sus inicios hizo las mejores de sus obras.

Santiago Otero junto al pintor y asesor artístico de la exposición, Jesús Pinilla, y el pintor, violinista y propietario de la bodega, Juan Antonio Fernández, han hecho realidad la muestra en el torreón observatorio, que de manera habitual acoge exposiciones itinerantes, y que en esta ocasión lo hace junto a la exposición de pintura sobre tapas de barricas de roble con la temática de El caballero de la mano en el pecho, de El Greco, al que Liberalia rindió homenaje hace unos meses.