El buen humor y la crítica protagonizan el tercer día de Carnaval en Toro

La concentración de murgas y charangas y el concurso de parodias congregaron a cientos de personas ayer en la Plaza Mayor de Toro, en una tercera jornada de Carnaval en la que el humor y la crítica dieron un buen repaso a los acontecimientos más importantes vividos desde los últimos carnavales. El Domingo Gordo de estos festejos, de los que se encuentran referencias ya en el año 1590 y que fueron declarados de Interés Turístico Regional en 1995, volvió a llenar las calles más céntricas de originalidad y diversión, y de personajes por todos conocidos.

Desde el mismísimo Palacio de la Zarzuela llegaron a Toro los reyes Felipe y Letizia, que acudieron a un besamanos muy especial bajo el título A la sopaboba, en el que no faltaron ni el Rey Don Juan Carlos vestido de cazador y acompañado por un elefante indultado, ni por supuesto, el pequeño Nicolás.

Otra de las parodias que más personas consiguió arremolinar junto al edificio del Ayuntamiento de Toro, fue la protagonizada por el presentador del programa Viajando con Chester, Risto Mejide, que en esta ocasión tenía de invitado en el sofá a Kiko Rivera, que aprovechó la ocasión para promocionar entre el público toresano su tema Así soy yo. Y muy cerca de Kiko Rivera, su madre, Isabel Pantoja, en esta ocasión vestida de flamenca, con gafas oscuras y con la cara entre rejas.

Y hablando de la actualidad del último año, no podía faltar en el Carnaval de Toro la parodia sobre el Breaking Baldefinjas tras el hallazgo del laboratorio de fabricación de estupefacientes en la localidad vecina de Valdefinjas. Con el profesor universitario de Farmacia, Marcial, como cocinero de la droga y con un laboratorio con los ingredientes necesarios, los tres integrantes del grupo preguntaban al público sobre la calidad del producto.

Cerca también podía verse al grupo Five, cuyos miembros, disfrazados del Oktoberfest alemán o fiesta de la cerveza, repartieron bebida y salchichas entre los asistentes; mientras que la atención de los más pequeños se dirigía a un granjero que repartía maíz a una gran huevera de la que salían gallinas ya crecidas.

La música de las charangas llegó con las murgas Escocia y Pancetada toresana, y no faltó tampoco el desfile de las Marujas, que disfrazadas de charleston invitaron a toresanos y forasteros a celebrar el Carnaval a pesar de la crisis que arrastramos en los últimos años. Con sus canciones y coplas, los grupos dejaron constancia de su malestar por temas como las tarjetas negras o la política municipal pero tampoco se libraron de la crítica del tradicional grupo Coplas de ciego la política provincial, la corrupción, el ébola, la monarquía o la llegada de Podemos.

La crisis económica llegó en este repaso al último año de la mano de un paisano que con su maleta de cartón y una gallina en una jaula se despedía de los presentes con el mensaje yo también me voy para Alemania.