El viento despeja el ambiente y pone fin al episodio de contaminación en Valladolid
El Ayuntamiento desactiva el aviso al descender los niveles de ozono después de casi veinte días con mala calidad del aire
El cambio evidente del tiempo, con una caída del mercurio más que notable y, sobre todo, con la irrupción de una masa de aire fresco del norte, ha despejado por fin la contaminación que mantenía a Valladolid desde casi veinte días en situación de aviso por este motivo y que llevó, incluso, al cierre del centro al tráfico a mediados de mes. El Ayuntamiento ha desactivado por fin este martes la situación 1 (preventiva) de alerta por contaminación al descender de manera notable los niveles de concentración de ozono en la atmósfera, según han informado fuentes municipales.
Los niveles de este contaminante, al que se sumó también una alta concentración de partículas en suspensión por el humo de los incendios que asolan provincias como Zamora, han descendido ahora por debajo del nivel de riesgo, establecido en 100 microgramos por metro cúbico, un valor que se ha venido superando, incluso con creces, en momentos puntuales durante las dos olas de calor casi consecutivas registradas durante este mes.
Las previsiones meteorológicas apuntan a que esta situación de normalidad, con el mercurio anclado en valores habituales para la época, con máximas de entre 30 y 35 grados y mínimas ancladas en torno a los 15, se mantendrá hasta el próximo fin de semana. El domingo, eso sí, se espera un nuevo aumento de las temperaturas, que continuará durante la primera semana de agosto para volver a situar el mercurio de nuevo por encima de los 35 grados y mínimas que pueden alcanzar, otra vez, los veinte.
La primera ola de calor de julio, y la más asfixiante, se prolongó entre los días 9 y 18 y dejó una máxima histórica de 41,1 grados, la más alta alcanzada en la capital desde finales del siglo XIX. La segunda acaba de concluir, si bien fue más breve (del día 20 al 24) y dejó registros más livianos con un pico de 37,9 grados.