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La pandemia cambió muchas cosas. Una de ellas fue la orografía de las terrazas en las ciudades. Ante las restricciones en interiores, la hostelería y ... los clientes tuvieron que salir a la calle, ya fuera adosando más sillas y mesas en las aceras o sobre algunos aparcamientos de vehículos. Tras la permisividad, la reordenación. Lo advirtió el Ayuntamiento en julio de 2024 y este lunes ya comienza a ser efectivo. «Nos comprometimos a iniciar la ordenación y podemos decir que ya lo hemos hecho», ha apuntado el concejal de Tráfico y Movilidad, Alberto Gutiérrez Alberca. Y el primer paso se ha dado este lunes con una instrucción. «De carácter ejecutivo y que no permite ningún tipo de ocupación excesiva y de ocupación permanente de las denominadas terrazas almacén».
¿Y estas cuáles son? «Aquellas que generan un recinto absolutamente cerrado, que impiden la circulación, la limpieza y que además también se utilizan muchas veces por parte de la propiedad como almacén de todo tipo. De incluso cajas de bebidas o parasoles», responde el edil. Es decir, la típica terraza con mamparas, cristaleras, que cierra un espacio en la vía pública y donde durante buena parte de la jornada -incluso de la semana- no hay actividad hostelera. En resumen, que mientras los clientes están en el interior, se utiliza para apilar las mesas y sillas de la propia terraza. De este tipo, hay ahora mismo once autorizaciones pendientes de su autorización. La respuesta a la petición la ha adelantado ya el concejal. «No se van a autorizar». Desde ahora, no habrá más terrazas cerradas en Valladolid.
Y no solo eso, ya que este tipo de peticiones por parte de establecimientos hosteleros también conlleva incorporar iluminación, cableado y algún tipo de zona elevada respecto a la calzada. «Ya no se van a autorizar en el futuro y las que ahora están pendientes de recibir respuesta, a través de esta instrucción, tampoco», ha reiterado Gutiérrez Alberca. Así, desde ahora tampoco se permitirán en las terrazas la presencia de mobiliario ni estructuras de basamento, cerramiento o cubrición de carácter fijo o semipermanente, ni canalizaciones soterradas bajo pavimento de espacio público para la alimentación de aparataje eléctrico o iluminación.
Esto, sobre las futuras terrazas y peticiones, pero ¿sobre las «terrazas almacén» existentes? «En el momento en el que el equipo esté diseñando el plan, se llegará a una conclusión sobre cuál es la mejor solución, si es incorporarlo al local recogiéndolo cada día, si es trasladándolo a alguna zona, como se hace en otras ciudades, o si es preferible mantenerlo en la calle», apunta el responsable del área. Así que llegado el momento, se concretará si los bares deben retirar cada día el mobiliario, o podrán dejarlo en la calle, como hasta ahora. El edil también ha concretado que la ordenanza actual plantea que la ocupación se otorgue por metros cuadrados y ahora plantean que se vuelva a tener en cuenta el número de veladores, por mesas y sillas. «No se ha dado un buen uso y eso ha llevado un mayor número de ocupación del espacio público. El cambio es mejor para la vigilancia y el seguimiento».
Además, la Concejalía también ha aprobado el expediente de contratación de los servicios de consultoria y elaboración del plan director -anunciado en 2023- de regulación y ordenación de la instalación de terrazas. Cuenta con un presupuesto de 105.455 euros para abordar la reordenación completa de las terrazas. Con el mismo de la mano, que recogerá la ordenanza, y hasta entonces, el titular del área ha confirmado que por «vía ejecutiva» este año podrán ordenar los principales espacios de la ciudad. «Plaza Mayor, Poniente, la zona de la Antigua y el Paseo de Zorrilla». El plazo de ejecución del contrato es de quince meses y el resultado será el propio plan, que tendrá tres fases. La primera, para identificar, delimitar y diagnosticas las zonas en que pueden agruparse las terrazas, otra con propuestas concretas de ordenación de las zonas más sensibles o singulares. Desde aquí, el equipo redactor tendrá seis meses para presentar las soluciones.
La última fase será ordenar y regular el resto de las terrazas, incluyendo también una revisión de las mismas. En los casos necesarios también se realizará una nueva propuesta de adaptación al marco urbanístico de la ciudad. Una vez licitado el plan, las empresas que quieran concurrir disponen de un plazo de veinte días para presentar la documentación. «Esto nos va a permitir hacer ordenaciones singulares, específicas, teniendo en cuenta el mobiliario, la ocupación o los metros cuadrados de los locales», ha explicado el concejal, quien ha destacado que el momento final será el establecimiento de una nueva ordenanza que afectará a las cerca de 1.040 terrazas que existen en Valladolid.
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