Valladolid

Los vecinos del centro urgen a limitar el ruido y las terrazas en la Catedral

La reclamación se enmarca dentro de las medidas propuestas durante una reunión de la asociación el pasado mes de noviembre, donde recogieron una serie de demandas que han presentado este martes. Apuntan también desde la asociación al resto de las zonas acústicas saturadas de Valladolid que funcionan desde hace años. Estas son la de Martí y Monsó, que se declaró en 2023, y la de San Miguel, desde el mismo año. Esta denominación incluye una serie de medidas que tienen el objetivo de disminuir los altos índices de ruido que se registran, sobre todo por la noche, en puntos clave del ocio nocturno vallisoletano. En la primera, comúnmente denominada como la zona de Coca, desde la asociación aseguran que los niveles permanecen por encima de lo permitido. Y también apuntan a que, con los últimos datos de los que disponen de la mano, la zona de San Miguel, que había reducido los niveles acústicos en los últimos meses, los ha vuelto a superar.

Ampliar

«Desde que volvió a abrir uno de los locales de la zona, por eso pedimos reforzar las medidas en las zonas que ya están activas», explica el secretario. Los vecinos del entorno, especialmente en la calle Doctor Cazalla, ya iniciaron una campaña hace unos años, con varios carteles en portales y establecimientos que pedían una cosa. «Silencio, por favor. El descanso y la salud es un derecho fundamental de todos». Los vecinos también pidieron a la Policía que reforzara su presencia durante los viernes, ya que muchas familias que llevan a los hijos al colegio se encuentran por la mañana con aquellos que todavía alargan la noche.

«Se sientan en los portales, ves que son personas que no están en buen estado y están allí más allá del mediodía. Los vecinos tenemos una serie de derechos, y queremos que se respeten». Entre las medidas que desde la asociación han llevado a la mesa del ocio nocturno de este martes también están la reducción en una hora del horario del cierre de los bares musicales, de las terrazas, o la reducción en un 30% del espacio otorgado a las mismas. Esto para los entornos que ya hayan sido declarados como zonas ZAS en Valladolid. En estos puntos también piden el incremento del periodo de intercierre en los establecimientos que tienen doble licencia, donde están los negocios que tienen licencia de bar musical y de cafetería.

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Es decir, que pueden cerrar a altas horas de la noche y después volver a abrir temprano por su licencia de cafetería. «Son unas licencias que se otorgaron en pandemia, porque es cierto, hubo que apoyar a la hostelería durante aquellos duros momentos, pero ahora no entendemos el sentido que tienen». Este lunes, día previo a la reunión, desde la asociación también comentaban la intención de acudir a la vía judicial, en caso de que las demandas no se escucharan. Sobre esto, Jesús Guinea explica que están a la espera de conocer una «inminente» sentencia tras haber recurrido una licencia municipal para ampliar un bar musical con una zona de restaurante. «Si nos dan la razón, será un argumento más que podremos utilizar en casos similares», apunta. De momento, acudir a la vía judicial por «inacción del Ayuntamiento en las zonas ZAS», no es el camino principal.

Según el reglamento recogido en la ley del Ruido de Castilla y León, la aplicación de la zona ZAS conlleva la antelación de la recogida y cierre de terrazas, limitar el horario (que varía en función del día de la semana), o la no autorización de amenizaciones con música en directo, de carácter privado, en el exterior de los locales. En todo caso, la de la catedral tendría que pasar por un periodo de examen de un año, donde se deben recoger los niveles acústicos en ese periodo de tiempo. Algo que ahora mismo está ocurriendo en Cantarranas, donde el plazo administrativo para determinar estos niveles culmina este mes. De este resultado saldrá el plano que ayudará a delimitar la zona, donde se aplicarán las medidas restrictivas.