Valladolid despide con honores al teniente coronel Pedro Alfonso Casado

Valladolid ha despedido así a un agente «valiente, uno de los mejores, si no el mejor, en su trabajo», según han coincidido en destacar el coronel Miguel Recio y el teniente coronel Javier Peña, quienes han encabezado el cortejo fúnebre a la salida del Anatómico Forense, en la calle Real de Burgos, donde esta misma mañana ha concluido la autopsia (las causas de la muerte son ya tristemente conocidas) después de que la familia de Pedro Alfonso Casado, que estaba casado y con dos hijas, decidiera donar todos sus órganos para «salvar vidas».

Fue el último servicio de un agente experimentado, curtido en la lucha antiterrorista, y en cuya hoja de servicios figuran decenas de intervenciones desde su incorporación como teniente a los GAR (Grupo de Acción Rápida) y, desde hace más de veinte años, a la unidad de élite de la Guardia Civil, la UEI, el equivalente de los GEO (su creación es anterior), donde lideraba el grupo de negociación que el viernes por la mañana acudió a Santovenia de Pisuerga.

El cuerpo del agente ha sido trasladado a Valdemoro (Madrid), donde residía y donde será velado en el colegio de guardias jóvenes Duque de Ahumada, que se encuentra en las instalaciones de la UEI. El entierro será celebrado en la intimidad en Madrid por expreso deseo de la familia.

Un pasillo de agentes del GRS (Grupo Rural de Seguridad), encabezados por los dos mandos de la Guardia Civil en Valladolid, ha flanqueado la salida del coche fúnebre a la Real de Burgos cuando la familia del teniente coronel y varios vehículos de la UEI esperaban ya fuera del Anatómico. Policías nacionales y locales han abierto después el camino a la comitiva fúnebre hacia la Rondilla de Santa Teresa, el Puente Mayor y la avenida de Gijón antes de enfilar la A-62 para dirigirse hacia Valdemoro.

Decenas de vecinos despidieron con aplausos la salida de la comitiva. La ciudad quiso así rendir los últimos honores a un veterano oficial del grupo de élite, con más un cuarto de siglo de experiencia, al que la fatalidad quiso que encontrara la muerte cuando intentaba negociar la liberación de un supuesto rehén de la vivienda de un bajo del número 8 de la calle Alfredo Martín de Santovenia. Allí estaba atrincherado con un rifle el sospechoso de acabar unas horas antes con la vida de un vecino del tercer piso, Pablo Antonio S. H., quien habría efectuado un disparo «a ciegas» desde el interior de la vivienda. La bala atravesó la puerta (por un punto que carecía de blindaje) e impactó en la frente del agente, que llevaba el casco reglamentario. El sospechoso ahora del doble crimen, que fue detenido después de doce ahoras encerrado en la vivienda, se encuentra en la prisión provincial a la espera de juicio.

El teniente coronel fue intervenido de urgencia en el Clínico, donde falleció en la mañana del martes. Su familia acordó entonces donar sus órganos. «Ha sido su último servicio después de haber salvado muchas vidas, más de una veintena, durante su dilatada trayectoria profesional», apuntaron sus compañeros.

Pedro Alfonso Casado nació en Vitoria y era hijo de guardia Civil. Deja mujer y dos hijas. Su muerte ha sacudido a localidades de la comunidad como Sahagún (León) y Mombuey (Zamora), con las que mantenía vínculos familiares. Madrid acogerá su funeral en la intimidad.